En estas dos semanas los éxitos deportivos registraron una continuidad impresionante. La posta femenina 4×100 fue séptima en el Mundial de relevos en Bahamas. Yuliana Angulo, Romina Cifuentes, Marizol Landázuri y Ángela Tenorio se clasificaron al Mundial de Londres.
A semana seguida viajaron a Medellín al torneo denominado Ximena Restrepo. En ese certamen, Marizol Landázuri ganó los 100 m y alcanzó la clasificación al Mundial, mientras que Maribel Caicedo rompió la marca sudamericana de los 100 m vallas U20 y se ubicó en el “top list” Mundial de la categoría según la IAAF.
Mientras tanto la delegación tricolor de judo, viajaba con seis deportistas a los Panamericanos de Panamá. Alcanzó oro con Estefanía García, plata con Lenín Preciado y bronce con Freddy Figueroa.
Hasta allí parecería que el plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte se cumplía normalmente. Sin embargo, para viajar atletas y judocas realizaron magias financieras, pues no han recibido desde enero lo que les corresponde por el alto rendimiento.
Los judocas ecuatorianos viajaron por gestión de su presidente Roberto Ibáñez, quien financió el viaje gracias a los premios otorgados a las medallas doradas panamericanas y otras preseas de torneos internacionales, conseguidas por los mismos deportistas.
Los atletas, en cambio, viajaron gracias al Comité Olímpico Ecuatoriano, un remanente que poseía la Federación Ecuatoriana de Atletismo y la ayuda de Concentración Deportiva de Pichincha.
Llama la atención que el Ministerio no entregue ni gestione los fondos desde enero, mientras sus funcionarios se dedican a otras actividades. Los triunfos, medallas y récords continúan. El apoyo ministerial no existe. ¿Hasta cuándo?