Cumplió su promesa: 30 goles

Narciso Mina. Foto: José Sánchez / EL COMERCIO.

Cumplió con sus dos promesas: marcar 30 goles en una temporada y ganarse nuevamente el galardón Spencer de Oro como máximo artillero del Campeonato Nacional. Narciso Mina es un hombre de convicciones y así llegó a sus propósitos.
El delantero de Barcelona, prácticamente por unanimidad, se adjudicó el premio como el mejor delantero del torneo en la elección de los entrenadores encuestados. De los 24 técnicos que votaron, 21 lo hicieron a su favor.
Sin embargo, el mismo ariete esmeraldeño de 30 años lamenta que su poder goleador haya explotado un poco tarde. ‘Nacho’ admitió que empezó pasado de edad su carrera en el fútbol. Hoy, en los años que tiene, esos 30 goles le permitieron partir a su primera aventura en el exterior (al club América mexicano).
Mina empezó a asimilar los fundamentos del fútbol desde los 16 años. Hoy, aún se deja guiar por sus entrenadores de turno. “Siempre estoy atento a sus indicaciones, de cómo moverme en el área, cómo manejar el balón, etc. Con cada técnico aprendo muchas cosas”, admitió el atacante, que en la temporada 2011 convirtió 28 tantos para Independiente del Valle. Así, se hizo acreedor del primero trofeo Spencer de Oro que reposa en su casa en el sector de Samborondón (Guayaquil).
Convirtió tantos muy diversos, de todas las facturas. El portal en Internet, Studiofutbol.com.ec, destacó esos goles en detalle. Por ejemplo, de los 30: hizo 8 con la cabeza, 5 con el parietal derecho y 5 con el izquierdo. 17 fueron de remate, eligiendo mayoritariamente el lado derecho (16). Y como socio ideal tuvo al mediocampista Hólger Matamoros, quien lo asistió en cinco oportunidades.
“Es un delantero temible. Quién va a discutir que fue el mejor del año. Todo lo que hizo y aportó para Barcelona lo avala”, indicó Fabián Bustos, técnico del Macará ambateño. Para él, Mina es infaltable en el equipo ideal de este año.
Mina admira a Samuel Eto’o, el ariete camerunés. Cuando juega, pretende imitar sus movimientos, combinando potencia, habilidad y velocidad. Esos destellos le permitieron llegar a la Selección.
Pero, el ‘Bello’, como también es apodado, no solo se dedicó a marcar goles. También brilló como un habilitador. “Tuvo su revancha en Barcelona. Demostró su calidad como delantero”, ponderó José Doumet, directivo canario.