Ellos son los ataja penales, los que pueden volar de poste a poste, los salvadores de sus equipos. A ese grado han llegado cuatro arqueros extranjeros, convirtiéndose en figuras en esta segunda etapa del Campeonato.
Uno de ellos es Juan Marcelo Ojeda, cuya vinculación al Deportivo Cuenca generó una sensación de ilusión e incertidumbre. Unos destacaban su paso por el argentino River Plate y otros dudaban que su enfermedad le permitiera tener regularidad.
En junio del 2008, especialistas argentinos diagnosticaron que el arquero de 30 años padecía leucemia meloide crónica. Hubo dudas de su continuidad en el fútbol, pero lo bueno de esa noticia era que con tratamiento y medicación diaria podía seguir atajando.
Una muestra del estado de salud de Ojeda se dio la segunda semana de enero pasado, cuando el argentino llegó a Cuenca y pasó los chequeos médicos. Desde ese momento, cumple la misma actividad y el esfuerzo físico que el resto de compañeros.
Ojeda, aparte de buscar regularidad, tenía la misión de cubrir el vacío dejado por su compatriota Esteban Dreer. Este último fue figura del club (entre julio del 2009 y del 2011), cuando pasó a jugar en Emelec.
El portero de 1,79 metros de estatura se vinculó al River Plate en enero del 2007 y cuando le detectaron leucemia se iba a vincular al Atlas de México. El año pasado atajó dos partidos en el Deportivo Anzoátegui de Venezuela.
Según Juan Carlos Benítez, preparador de arqueros, Ojeda venía de un período “bastante largo sin jugar y con montón de dudas”; sin embargo, acá ha sobresalido. Es un arquero completo. Tiene fiereza y es valiente. Lo que le falta mejorar es su saque, pero con trabajo se puede arreglar, remarca.
El pasado 10 de agosto fue un día inolvidable para el ex golero del River. Esa fecha el Cuenca recibió al Deportivo Quito y allí Ojeda le atajó un penal a Maximiliano Bevacqua y evitó al menos cinco ocasiones claras de gol.
Ojeda, al final, confesó que hace algún tiempo no había actuado de manera casi perfecta. Antes de eso, también le atajó un penal a Narciso Mina, de Barcelona.
Sebastián Blázquez
En un rincón de la sala hay un televisor plasma de 21 pulgadas y una consola de videojuegos. Cinco pares de guantes de arquero, en diversos colores, reposan en un aparador de madera color café. Otros están en una de las tres habitaciones de su vivienda, ubicada en el residencial barrio Miraflores, en el sur de Ambato.
El guardameta Sebastián Blázquez, del Técnico Universitario, adquirió esas prendas deportivas cuando arribó a esta ciudad en enero pasado. El mismo se encarga de lavarlos después de cada partido. El pasado lunes lo hizo como si fuera parte de un ritual que le confiriera suerte.
Y no es para menos. Con esos guantes evitó que los jugadores del Barcelona empataran durante el partido en el estadio Monumental de Guayaquil. Los del ‘Rodillo rojo y blanco’ ganaron 1-0 en el Puerto Principal.
“Tiene elasticidad, potencia, velocidad y reacción al momento de atrapar las pelotas. Esa fue la clave para el triunfo ante los toreros”, opina Carlos Campoverde, preparador de arqueros del club”.
El portero argentino no es muy elocuente. Le agrada hablar lo justo. Su mirada fija y el fuerte carácter lo convirtieron en uno de los líderes del club.
Luis Fernando Fernández
Sus mejores actuaciones han sido ante Barcelona. En la primera etapa del torneo 2012, Luis Fernández fue figura en el empate 0-0 obtenido en el estadio Monumental. Luego, en el Reina del Cisne, atajó los penales.
Por primera vez en su carrera, el arquero colombiano de 34 años salvó a su equipo de dos seguras caídas en un mismo partido. Primero intuyó el remate de Damián Díaz y minutos más tarde evitó un gol de Narciso Mina.
Fernández llegó a Loja en enero del 2011. Este año fue ratificado y vive con su familia en la ‘Centinela del Sur’. Está conformada por su esposa Clara Correa (colombiana) y sus hijos: Luisa (10 años), Juan (7) y María Ángel, quien nació hace un mes y medio en Loja.
Fernández se entristece al recordar que se les fue de las manos la clasificación a la final del Campeonato Nacional de Fútbol y la clasificación a la Copa Libertadores. Es un arquero al que le gusta actuar fuera del área. Este año ha jugado todos los partidos.
Rolando Ramírez
Rolando Ramírez llegó hace cuatro años al país para jugar en el Manta FC. Sus antecedentes fueron haber atajado en los equipos colombianos Once Caldas, Real Cartagena y La Equidad.
Hace un mes, en el estadio Reina del Cisne, le atajó un penal al atacante Armando Wila y provocó el disgusto de los hinchas de Liga de Loja. Incluso el presidente del club, Jaime Villavicencio, reclamó al técnico Paúl Vélez por no haber ordenado que cobrara el brasileño Fabio Renato.
Con esa actuación, Ramírez permitió que el Manta ganara 2 goles a 1 de visitante y terminara con el único estadio invicto del fútbol ecuatoriano. Su regularidad es uno de los atributos del arquero colombiano que desde hace tres años tramita la nacionalidad ecuatoriana.
El golero de 34 años, oriundo de Cimitarra, Municipio ubicado al norte de Colombia, tiene un hijo ecuatoriano de 1 año de edad. Él, durante su permanencia en Ecuador, tuvo propuestas del Deportivo Quito, Liga de Loja y Espoli, pero se enamoró de Manta.