El balón de fútbol aún es su herramienta de trabajo. No lo suelta de su mano derecha. Desde la acera mira con atención el movimiento de autos y peatones. Saluda con amabilidad a quienes transitan por el lugar. Viste un calentador y una camiseta azules.
Con paciencia espera que el semáforo se ponga en rojo para entrar en acción. Una vez que los vehículos se detienen, Oswaldo De la Cruz Chalá levanta su mano izquierda e inclina la cabeza. Se ubica en la mitad del paso cebra.
Enseguida lanza la pelota al aire y empieza sus destrezas con la cabeza, el cuello y los hombros. El ex seleccionado nacional sabe que el semáforo ubicado en la intersección de las avenidas 12 de Abril y Fray Vicente Solano demora un minuto15 segundos para cambiar de rojo a verde.
Su exhibición dura 50 segundos. El resto de tiempo pasa por las ventanas de los carros solicitando una colaboración. Durante su demostración hace unos 90 toques con el balón. El aporte económico no se hace esperar.
El ex futbolista nacido en el valle del Chota aclara que también domina el esférico con los pies. No lo hace en la calle porque se dificulta la visibilidad para los conductores. “Esa exhibición la hago en la televisión o en los establecimientos educativos”.
De la Cruz, primo de Ulises (defensa de Liga de Quito), en cuatro horas de exhibición recolecta entre USD 15 y 20. El resto de tiempo dirige a 67 niños en la escuela de fútbol La Cantera. Ya cumplió un año en la capital azuaya.
El ex volante de El Nacional, Liga de Quito y Técnico Universitario hace un receso a su labor para contar a este Diario que, en 1992, sufrió una triple rotura de la rótula. Fue en un cotejo oficial entre las selecciones de Ecuador y Paraguay, jugado en Asunción por las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos 1994.
Con bronca dice que “Eduardo Amati me rompió la rótula tras una jugada malintencionada. Él recibió una tarjeta roja, pero yo quedé fregado para el resto de mi vida, con una carrera truncada”. Tenía 29 años.
En Cuba se sometió a una operación y le colocaron una placa para 18 años. Se cambió hace 11 meses y durará hasta su muerte.
El ‘Chacha’ tiene una marca de 5 800 toques del balón con la cabeza. Esa destreza la practicó en las formativas de El Nacional, desde 1982.
Sus mejores momentos futbolísticos los vivió en Liga de Quito (seis años). En medio del ruido de los carros y el paso de la gente, nombra a Dusan Draskovic, Polo Carrera, Ernesto Guerra y Juan Araujo como sus mejores entrenadores.
Entre sus ex compañeros de El Nacional nombra a su compadre Ermen Benítez, Fernando Baldeón, Byron Tenorio y Andrés Nazareno. De las Selección nacional del 2002 cita a Iván Hurtado, Luis Capurro, Agustín Delgado’
En la actualidad, su segundo hijo, Jerson, juega en la Sub 14 de El Nacional. Jonathan (16 años) y Katherine (17) se dedican a los estudios. Los tres viven en su vivienda en Quito. Su ex esposa, Jenny, reside en Italia.
De la Cruz, quien soporta el frío de las mañanas y el calor de mediodía, no se averguenza por mostrar sus destrezas en las calles. “Es delicado para un ex seleccionado nacional, pero estoy incentivando el fútbol, mostrando mis cualidades técnicas”. Su pasión por el dominio del balón terminará con su muerte.