Un pase equivocado a menos de un metro. Un cambio de frente impreciso. Inseguridad en el manejo del balón. Una jugada en la que se esquiva al golero y cuando hay que empujar la pelota se acaba la cancha.
La lista de males es extensa y nadie encuentra las respuestas a la pregunta: ¿qué le pasa a Liga de Quito este año? Los albos sumaron su sexto cotejo sin ganar y siguen décimos en la tabla.
Ayer, domingo 13 de abril el equipo empató sin goles ante Emelec en Casa Blanca que, otra vez, tuvo un día de angustias.
Tanto así que el DT Luis Zubeldía se fue enojado y gritando a sus jugadores en la media cancha. Al técnico no le gustó el intercambio de camisetas entre sus pupilos y los jugadores del ‘Bombillo’.
Sintió frustración. Por eso pidió a su plantel que aplauda a los hinchas blancos que los alentaron durante los 90 minutos, a pesar que el equipo no ha podido ganar desde febrero.
La última vez que la ‘U’ ganó fue el 28 de febrero, al Cuenca. Desde allí, Liga se enfrentó a Independiente, Católica, Olmedo (dos veces), Emelec (dos veces) y no ha podido ganar.
Ayer, volvió a padecer los mismos males que en los últimos seis juegos y la paciencia del técnico se agotó. Al final, antes de abandonar la cancha, Zubeldía se sacó la gorra. No entendía por qué Luis Bolaños no pudo hacer el gol, al 79.
El ‘Chucho’ tuvo en sus pies el tanto que pudo apaciguar las tensiones. En un contragolpe rápido, Bolaños ganó las espaldas de la defensa azul, esquivó la salida del portero eléctrico Esteban Dreer y cuando tenía que empujar la pelota al fondo de las redes le faltó la cancha.
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Así se desperdició la mejor ocasión en una de las pocas veces que atacó la ‘U’ en medio de la asfixia que vivió durante la etapa complementaria.
El segundo tiempo fue de dominio visitante, de principio a fin. Emelec manejó la pelota y fue más preciso que los merengues en la entrega del balón.
Al visitante le faltó profundidad en el ataque, pero por fútbol fue mejor que su contrincante. Un dato: Emelec levantó ocho tiros de esquina por su propuesta ofensiva.
Los dos tiros de esquina que cobró Liga se dieron en el primer tiempo. Una etapa en la que lo más vibrante fueron los 10 minutos en los cuales hubo oportunidades en ambos arcos.
Curiosamente, antes del primer minuto, el mismo Bolaños pudo marcar el gol. Sin embargo, su remate se estrelló en el pecho del golero Dreer.
A los 5, Emelec también desperdició una ocasión. El guardameta Alexander Domínguez salvó un remate de Fernando Giménez. La zaga azucena se quedó parada y a menos de cinco metros, el delantero Dennis Stracqualursi volvió a rematar contra el cuerpo de ‘Dida’.
Las emociones se terminaron con un cabezazo de José Madrid, a los 10′, que fue sacado por Dreer sobre la línea.
Después de esas emociones empezó el martirio blanco. Los ‘pulpos’ Enrique Vera y Fernando Hidalgo (así les dijo Zubeldía en la conferencia de prensa) comenzaron a enredarse en la mitad.
El paraguayo Vera hizo nueve pases equivocados e Hidalgo, ocho. Liga no encontró argumentos para salir jugando con la pelota dominada. La angustia fue ganando espacio en la cancha y en las gradas de Ponciano.
Zubeldía hizo dos cambios en el segundo tiempo con la idea de controlar a su rival con juego ofensivo. Ingresaron Hólger Matamoros y Kevin Mercado, pero el equipo no pudo corregir la deficiencia en la entrega del balón en la mitad.
Luciano Balbi y Diego Morales salieron escuchando reclamos de los hinchas por sus rendimientos. A los jugadores extranjeros y al DT Zubeldía aún les quedan cuatro partidos, según la dirigencia azucena.
El ganador Pedro Quiñónez. El volante de Emelec regresó después de una suspensión y ayer fue el líder del medio campo. Se mostró solidario para ayudar a defender a su equipo en su propia área. Todavía sueña con alcanzar un cupo entre los 23 seleccionados mundialistas.
El perdedor Luis Bolaños. En las necesidades que vive Liga, el atacante desperdició la mejor oportunidad de gol para que su equipo consiga el ansiado triunfo. En realidad, Bolaños comparte la culpa con jugadores como Enrique Vera, quien ayer tuvo un mal partido en la entrega de la pelota.