Sebastián Abreu se ha ido. En estas deliciosas y rentables vacaciones que se ha tomado en Quito, el carismático uruguayo dejó amigos, repartió consejos, brindó muchas entrevistas y firmó autógrafos, tantos que la mano debe tenerla acalambrada. Todo muy lindo, muy chic. Lástima que esto no sirvió para nada, pues Aucas sigue exactamente igual a como lo encontró hace dos meses y medio: en el sótano.
Así es. En este lapso, Abreu solamente anotó cuatro goles, Aucas no ganó ni un partido cuando el charrúa marcó y se va con el equipo en el último lugar, sin ayudar a que el cuadro oriental escalase al menos una gradita del tablero. Incluso la situación es peor, pues Aucas estaba a un punto del undécimo cuando fue presentado y ahora está a seis de los penúltimos. Cada partido con Abreu ha sido, en la práctica, un paso más al descenso.
Se dirá que la idea de traer al ‘Loco’ era sobre todo financiera y que ese objetivo se ha cumplido, como lo demuestra que el jugador estuvo en boca de todo el mundo a pesar de su discretísimo nivel. Pero quizás ese ‘dinerito’ que ha dejado su exótico periplo andino no alcance para rescatar a Aucas de la pérdida de categoría, pues ahora sí es urgente renovar no solo la delantera sino todo lo que se pueda en todas las zonas del campo de juego, incluyendo arquero y, ya que estamos, entrenador.
Es sorprendente lo que ha durado Juan Ramón Silva en su cargo, pues no es común, ni en Ecuador ni en otros lados, seguir en el banquillo luego de 18 cotejos, con solo dos triunfos. Se decía que no se lo despedía porque, después de todo, Silva fue el contacto para traer a Abreu. Pero, ya con el excrack uruguayo de regreso a Montevideo, Silva ahora sí como que ya está sobrando… ¡a menos que traiga a Forlán!