No más excusas en la Tricolor

Ojalá que la Tricolor se sacuda rápidamente del costal de excusas del que se ha recubierto para esta Copa América. Que no era penal. Que la cancha de práctica es fea. Que les espía el equipo femenino infantil de Colo-Colo y que eso les da penita. Que el dron sobre el Estadio Nacional les pone nerviosos. Que las lesiones no estaban previstas (¿qué jugador calcula la hora y el lugar de su lesión, ah?). Que Antonio, que es un loquillo, no les dijo a tiempo que pensaba sacarse los clavos. Que los anti-emelecistas molestan mucho. Que faltó tiempo…

Ya basta. Lo que sucede con Ecuador en Chile es, simplemente, lógica consecuencia de haber perdido ocho meses en el innecesario interinato de Sixto Vizuete, cruelmente ilusionado con que comandaría al equipo en la Copa como examen final de cara a las eliminatorias.

El pésimo Sub 20 de Vizuete fue un pretexto para que la Ecuafútbol le diera las gracias al criollo y contratara a Gustavo Quinteros, quien a pesar de sus logros con Emelec no ha podido generar consenso entre la afición y la prensa (y parece que tampoco con los jugadores estelares) con sus nóminas, muy azules para sus contradictores, ni sus resultados.

Tras el opaco debut de Ecuador, el resto de la Copa América debe ser una oportunidad para dejar los pretextos, ponernos serios y al menos cumplir con las exigencias mínimas de superar a Bolivia y México, y jugar los cuartos de final. Otro final sería penoso, un fracaso que pondría más molestias en el ya pesado ambiente que tenemos por el papelón de la Tri femenina, los juveniles sospechosos y la crisis del FIFA-gate.

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