Para la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) es inadmisible que los clubes apelen a la Justicia Ordinaria y, en ese sentido, ha dado reiteradas muestras de proteger sus estatutos y reglamentos.
En el pasado, por ejemplo, FIFA advirtió a la Federación Italiana de Fútbol que sería suspendida de las competencias internacionales si los clubes de su país apelaban ante la justicia ordinaria las condenas que recibieron por casos de corrupción.
En este caso, además, la Conmebol ya había advertido, por medio de un duro comunicado, que iba a “defender de la manera más enérgica posible la honradez y respetabilidad de sus miembros” con la aplicación “más estricta de lo dispuesto en sus Estatutos y Reglamentos”.
En conocimiento de lo sucedido en Uruguay, y por encima del debate que pueda originarse sobre la competencia de los juzgados y leyes uruguayas sobre el tema en cuestión (“mal manejo de los fondos de la Conmebol”, con sede en Luque, Paraguay), el organismo continental pondrá en marcha sus tribunales por considerar que se está cometiendo una falta grave.
Esta situación, en caso de contar con el respaldo de la FIFA, podría terminar afectando hasta la Asociación Uruguaya de Fútbol y, con ello, a la selección uruguaya.
Además, de este tema, una situación que podría presentarse en Uruguay es la aplicación de una sanción similar a la que recibió el Sion de Suiza, que apeló a la Justicia Ordinaria y recibió como castigo la quita de 40 puntos.
Un castigo de esa naturaleza para los ocho equipos que firmaron la denuncia penal podría poner en marcha una huelga de jugadores en el fútbol uruguayo. Ese tema sería el aval que estaba solicitando Peñarol para arremeter con todo y no quedar colgado de un pincel.
En ese caso, entonces, también se vería afectada la selección celeste.
Por otra parte, si se aplicara una sanción para Peñarol y se lo eliminara de la Copa Libertadores, una determinación de la Mutual para emprender la paralización total de actividades no dejaría de brazos cruzados a los dirigentes de Nacional y Defensor Sporting, quienes no firmaron la denuncia penal.
La Conmebol y la FIFA se encuentran, por otra parte, ante una situación ineludible: les resultará imposible pasar por alto este tema porque sería un mal precedente para el futuro. Soltar el brazo de los clubes sería un llamado para otras reacciones.