La imagen del héroe consolando al villano servirá como símbolo de la lucha por el reinado del fútbol europeo: Didier Drogba se consagró como amo y señor de la primera Champions de la historia del Chelsea y Arjen Robben nuevamente es el símbolo de una final perdida para el Bayern Múnich.
El marfileño disfrutó de su juego soñado y fue el gran protagonista del mayor logro de su carrera. En el que podrá ser su último partido con el Chelsea, se lució con el gol que mantuvo con vida a su club a dos minutos del final del tiempo regular y anotó el tanto que definió la serie de penales a favor del equipo inglés.
Así, con Drogba como héroe, los ‘Blues’ alcanzaron por fin la Champions, que se resolvió en la tanda de penales (4-3, tras un empate de 1-1 en el tiempo reglamentario del cotejo).
El Chelsea sufrió mucho para alcanzar este logro. El Bayern se adelantó en los noventa minutos reglamentarios, por medio de Thomas Müller de cabeza (83’).
Sin embargo, el gol de Drogba (88’) forzó a los alargues. Luego, en los penales, solo Mata falló para los ‘blues’. En cambio, en el equipo alemán erraron dos jugadores, el croata Ivica Olic y Bastian Schweinsteiger.
“Hemos luchado por esto durante años y años. Se ha visto el gran espíritu que tiene el equipo, nunca nos hemos rendido, hemos luchado hasta el final. Ha sido increíble”, celebró Drogba.
El gran sueño del Chelsea y de su propietario ruso Roman Abramovich se hizo realidad a la segunda oportunidad, cuatro años después de la derrota sufrida en su anterior final, en la que los penales sí que lo habían condenado, ante el Manchester United.
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Alegría y dolor en la capital
Jeremy Hobbs parecía que estaba congelado durante la transmisión de la final de la Champions, entre el Bayern Munich alemán y el Chelsea inglés.
El encargado de negocios de la Embajada Británica ayer se emocionó solo en dos momentos. El primero fue en el minuto 88, cuando Didier Drogba anotó el gol del empate para el Chelsea, el equipo al que llegó a alentar en la Casa Humboldt. También cuando los azules se coronaron campeones después de derrotar al rival en la tanda de los penales.
En el centro cultural alemán, Hobbs miró el partido junto a Tina Hamilton, Jefe de Misión adjunta de la Embajada británica; Peter Linder, Embajador de Alemania; y varios estudiantes.
La mayoría de los asistentes apoyaron al Bayern. Juan Bermeo, de 24 años, fue uno de ellos. Él llegó acompañado con su amigo Alberto Ortega, otro apasionado del equipo rojo. Ambos aparecieron en la Casa Humbolt con la camiseta del Bayern. Además, lucieron bufandas y una bandera.
Con esos implementos, los hinchas del Bayern alentaron a su equipo. Durante ese encuentro, los amigos sufrieron y se abrazaron cuando Thomas Müller marcó un tanto y también cuando el Chelsea obtuvo el trofeo dorado.
Este abrazo fue de consuelo, pues ellos estaban seguros de que su equipo se alzaría con la Copa.
Esa imagen contrastó con la alegría que exhibió Hoobs, que finalmente al final del cotejo rompió el hielo y festejó. Como buen caballero estrechó su mano con Linder. Cuando el juego terminó, ambos bebieron un poco de cerveza y degustaron bocaditos.