Dos vuvuzelas, una amarilla y otra roja, pusieron la estridencia en el vacío estadio Olímpico Atahualpa, la tarde del sábado. Las soplaban dos de los escasos hinchas católicos que asistieron al escenario y festejaban a todo pulmón el triunfo de su equipo preferido.La Universidad Católica derrotó claramente a un Deportivo Cuenca débil y agobiado por la crisis institucional, de la que no encuentra salida. El resultado de 3-1 con el cual terminó el cotejo no refleja en su verdadera dimensión la supremacía ‘camaratta’ a lo largo de los 90 minutos que duró el lance. Si los integrantes del ‘Trencito Azul’ hubieran estado acertados en la definición, el marcador hubiese sido más amplio. Lo cierto es que el equipo dirigido por Patricio Lara, que ha tenido un campeonato parecido al recorrido de una montaña rusa, ayer estuvo en la cota más alta. Y ganó sin muchos apremios, pero también con un fútbol discreto. El primer tiempo culminó con una diferencia holgada de dos goles a favor del equipo católico, que se benefició de la efectividad de dos de sus jugadores, su capitán Santiago Morales y Byron Cano, el joven centrodelantero que ingresó a los 16 minutos en reemplazo de Cristian Hermosilla, quien se lesionó apenas empezó el cotejo.Morales anotó a los 33 minutos y Cano a los 42.En el segundo tiempo despertó por algunos minutos el ‘Expreso Austral’ y descontó por intermedio de Geancarlo Ramos. Pero a los 83 minutos, Morales marcó su segundo tanto en el encuentro y refrendó el triunfo ‘santo’. Con esta victoria, la Católica sigue en su lucha por abandonar los últimos lugares del campeonato. Mientras tanto, el Cuenca no encuentra la antorcha que le ayude a salir del túnel.