Isaac Mina fue el último en sumarse al entrenamiento de ayer. Llegó cinco minutos tarde a la práctica del Deportivo Quito, pero con permiso del cuerpo técnico. En el momento que ingresó a la cancha, lo primero que hizo fue golpear con sus manos la espalda y la cabeza de Segundo Castillo y jugar con él.
Ellos fueron los más bromistas y risueños de los jugadores durante el entrenamiento de los chullas.
Otro de los que se mostró jovial fue el entrenador Carlos Sevilla, antes de la práctica, prevista para las 10:00. El DT respondió una docena de preguntas de los periodistas que llegaron al complejo Ney Mancheno, en Carcelén, bajo un clima frío y nublado.
El estratega se refirió a las fortalezas de su equipo y a las de Barcelona, rival con el que se enfrentará mañana en el estadio Atahualpa, a las 11:30. Aseguró que los hinchas que acudirán observarán un “partidazo” por conseguir el último cupo a la Libertadores 2011, torneo al cual ya están clasificados Liga de Quito y Emelec.
Pero cuando a Sevilla se le consultó en qué momento se concentrará el equipo, respondió: “No necesitamos concentrarnos. Iremos directamente al estadio y el que llegue temprano será titular, así como en el barrio”. Luego de eso soltó una carcajada que contagió a los periodistas.
Luego, a las 10:30, el guardia del complejo solicitó a los periodistas que salieran del lugar. Sin embargo, se pudo observar que, a diferencia de los anteriores días, ayer solo realizaron ejercicios físicos y fútbol recreativo. Las risotadas de los futbolistas se escuchaban hasta los exteriores.
César Vaioli, preparador físico, era uno de los que más reía con las ocurrencias de los jugadores del equipo. Pedro Esterilla y Johvanni Ibarra también se sumaron al grupo de bromistas.
El entrenamiento culminó a las 12:00. En ese momento pudieron ingresar nuevamente los periodistas que no llegaron antes del inicio del entrenamiento para hacer sus entrevistas. Afuera tuvieron que esperar los amigos de los jugadores y representantes de diversas empresas que querían ofertar sus productos.
“Estamos felices porque aún podemos pelear algo importante, que es entrar en la Copa Libertadores”, expresó Mina, quien amplió su contrato por dos años más.
Un ambiente similar a este se vive en los entrenamientos del equipo de Barcelona, en la Universidad Internacional.
El DT Rubén Insúa es el más expresivo. Anteayer, él arengó a sus dirigidos cuando realizaban de manera precisa los pases o cuando a recuperaban el balón.
“Buena De Jesús. Así deben ser todas”, gritaba al lateral Omar de Jesús, luego de ejecutar centros desde la derecha. El jugador nacido en el Valle del Chota es uno de los titulares en el esquema del estratega canario.
Vestido con el calentador negro y con una gorra de franjas amarillas y negras con el escudo del club porteño, Insúa dirigió el entrenamiento desde el centro de la cancha. Corría presuroso cuando tenía que repasar un tiro libre o de esquina, al atacar o defender. Él siempre sostenía otro balón bajo el brazo izquierdo.
“Este equipo está recuperado anímicamente. La estima de mis jugadores se levantó con las seis últimas buenas fechas que tuvimos”, aseguró el adiestrador.
Aquí también hubo bromas. Máximo Banguera gritó desde el arco: “déjalo tranquilo al sapo preñado”, lo que hizo reír hasta a los utileros. El golero se refería a Iván García, coordinador del equipo, que antes trabajó con los chullas.
Pablo Palacios es otro de los futbolistas que se contagió con el ánimo de sus compañeros. El ariete quiteño, que jugó también en Deportivo Quito, confirmó que aún no firma la extensión de su contrato con Barcelona, pero él quiere continuar en el equipo.