El proceso de renovación de la Selección brasileña -acelerado por el “envejecimiento precoz” de Ronaldinho Gaúcho (31 años) y Kaká (29), que deberían conducirla- será puesto a prueba en la Copa América 2011.
El balón cayó en predio de Neymar y Paulo Henrique Oca, dos de los más prometedores jugadores de la nueva generación. Pero quien pone la cara es el técnico ‘Mano’ Menezes, que necesitará de buenos resultados para navegar con cierta tranquilidad hasta la Copa del 2014, en la que seremos anfitriones.
“No es un desafío cualquiera. A comenzar por jugar en la casa de los mayores rivales, los argentinos, también en búsqueda de su consagración. Además de eso, el entrenador no debe contar con la paciencia de los hinchas y tampoco de los periodistas. Él tiene más presión que Lula. Los cobros serán muchos y no habrá tregua o paciencia delante de la nueva Selección brasileña, a la que siempre se le pide ganar.
Menezes apuesta en la mezcla entre jóvenes ingeniosos y veteranos de la última Copa del Mundo, como el golero Julio César, Daniel Alves, Maicon, Elano y Robinho. A rigor, su mayor dificultad será arreglar el medio campo. El sector defensivo -sobre todo la zaga formada por Lucio y Thiago Silva- es eficiente; y el ataque, con Neymar, Pato y la aproximación de Oca, promete ser el punto alto del equipo. Mano precisa, sin embargo, organizar el medio campo, donde el vigor supera el ingenio, con Lucas Leiva, Ramires y Elano.
Falta alguien que ayude en la organización. Alguien como Hernanes (Lazio). La Selección puede hasta no ser campeona de la Copa América, tarea siempre difícil, pero es bueno que el equipo de Mano, al menos, muestre que tiene algún futuro prometedor.