Brasil y Uruguay definirán mañana en el estadio Mineirao, de Belo Horizonte, al primer finalista de la Copa Confederaciones, en uno de los grandes clásicos del fútbol mundial, con muchos recuerdos para ambos equipos y con mucho en juego.
Para el nuevo Brasil de Luiz Felipe Scolari, una victoria es esencial para confirmar el repunte del equipo que inició el torneo rodeado de escepticismo, pero que tras las victorias sobre Japón, México y sobre el “tetracampeón” Italia parece haber encontrado a la formación y al estilo de juego con que buscará en casa el “hexacampeonato” en el Mundial de 2014.
Además, un triunfo supondría avanzar el sueño brasileño de disputar el título en el mítico Maracaná con la poderosa selección de España, que el jueves se medirá con Italia en la otra semifinal.
El técnico Óscar Tabárez, por su parte, aspira a confirmar ante los anfitriones la recuperación del equipo uruguayo después de los sucesivos traspiés en eliminatorias mundialistas que hicieron caer la “celeste” al quinto puesto, lo que hoy supondría disputar la repesca para conquistar el cupo en Brasil 2014.
Pese a que Brasil es en teoría el favorito, por jugar en casa y por haber ganado los tres partidos que disputó hasta ahora -ante Japón, México y el “tetracampeón” Italia-, Uruguay aspira a revivir en el Mineirao el fantasma del “Maracanazo” del Mundial de Brasil 1950, cuando derrotó a los anfitriones en la final en el estadio Maracaná.
“Es una situación linda por todo lo que significa enfrentar a Brasil, especialmente en su casa. Para nosotros, será como una final”, anticipó el zaguero Diego Godín, quien tendrá la misión de frenar a la principal estrella de la verdeamarilla, el delantero Neymar, recién fichado por el Barcelona.
En las filas de Brasil, Scolari y los jugadores no ocultan su preocupación frente al rival de mañana, que, según “Felipao” es “uno de los mejores equipos de este torneo”. “Un duelo con Uruguay será muy duro. Ellos tienen a un equipo muy organizado defensivamente, y adelante tienen a jugadores capaces de definir un partido”, dijo el delantero Fred.
A su vez, el portero Julio César advirtió para la importancia de frenar el poderoso ataque uruguayo que conforman Edinson Cavani, Diego Forlán y Luis Suárez.
“La tensión será enorme, porque ellos pueden definir un partido en segundos”, enfatizó el guardametas, quien aseguró que el de mañana será un clásico sin favoritos, pese a que la última victoria uruguaya sobre Brasil ocurrió en 2001. “El hecho de que les hayamos ganado en los últimos partidos no nos hace favoritos.
En la Copa América de 2004 los derrotamos en penales, también la victoria de 2007 fue en penales. Siempre han sido partidos difíciles, que se definieron por detalles”, argumentó.