Una vez que ha pasado la euforia por el ‘jogo bonito’ de la Selección brasileña y la consecución de un nuevo título, es tiempo, creo, de destacar los puntos más llamativos de ese certamen internacional, es decir, de citar lo bonito, lo malo y lo feo de la Copa Confederaciones.
Lo bonito y hasta nostálgico, sin duda, fue ver a una ocena de jugadores tahitianos abandonar el campo de juego con la frente en alto y hasta con sonrisas dibujadas en sus rostros después de recibir tres ‘palizas’ en el torneo internacional.
La primera a manos de Nigeria, que le marcó seis goles. Después, España hizo lo propio anotando nada más y nada menos que 10 tantos. Uruguay, finalmente, cerró esta histórica goleada con ocho tantos más. Tahití sumó entonces 24 tantos en contra.
Pero lo que hizo que esta Selección llamara la atención del público amante del fútbol no fue ese marcador adverso. Este combinado nacional se llevó el cariño de la afición brasileña e incluso de sus rivales por su esfuerzo y espíritu deportivo. También por la forma en la que celebraron el único tanto que lograron marcar en el torneo: ante Nigeria. Los tahitianos simularon que remaban a la tradicional manera de la Polinesia.
Lo malo fue sin duda las recurrentes manifestaciones que aparecieron y continuaron durante el desarrollo de la Copa Confederaciones. Los protestantes incluso mostraron su malestar con las políticas económicas de la presidenta Dilma Rousseff en la inauguración del certamen internacional. Las pifias estuvieron subidas de tono, por ello, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, llamó la atención a los espectadores. El resultado de esas protestas fue: cinco muertos.
Lo feo entonces fue el penal que erró el español Sergio Ramos en la final de la Copa frente a la Selección brasileña. Este defensor del Real Madrid sigue siendo objeto de burlas entre los seguidores de la ‘canharina’.
Los seguidores de la Selección española aún no entienden por qué Ramos fue el encargado de cobrar el penal, a pesar de que en la cancha estaban tiradores como Xavi Hernández o Andrés Iniesta. Y no lo entienden porque ya en el 2012 el defensa falló un penal frente al Bayern en las semifinales de la Champions League. Ese error dejó fuera al Madrid de aquella competición. Pero como ya lo dijo Ramos: “son cosas que pasan en el fútbol”.