Boca pasó el examen ante Arsenal y ganó un duelo clave para su futuro

Gonzalo Espinoza del Arsenal disputa el balón con Santiago Silva del Boca Juniors. Foto: AFP

Gonzalo Espinoza del Arsenal disputa el balón con Santiago Silva del Boca Juniors. Foto: AFP

Boca Juniors consiguió un trabajoso pero merecido triunfo por 2-0 (0-0) a Arsenal, en un intenso partido entre equipos argentinos, por la cuarta fecha del Grupo 4 de la Copa Libertadores de América 2012 jugado la noche del jueves en el estadio La Bombonera en Buenos Aires.

Pablo Ledesma (49) y Juan Sánchez Miño (89) marcaron los goles para el éxito de Boca, que jugó buena parte del encuentro con diez jugadores por la expulsión de Leandro Somoza (37), por acumulación de infracciones.

Con este resultado, el brasileño Fluminense lidera las posiciones del Grupo 4 con 9 puntos, seguido ahora por Boca con 7, mientras que Arsenal quedó con 3 unidades, y es último el venezolano Zamora (1).

Con la necesidad de ganar de un lado y del otro, Boca era el que tenía la mayor carga de responsabilidad, mientras que Arsenal dio claras muestras de conformarse con la idea de rescatar un empate de su paso por La Bombonera.

Desde los primeros minutos, el equipo de Sarandí le impuso un planteo áspero a Boca, al ofrecerle batalla en todos los sectores y no darle espacios, además de ejercer una lucha intensa por la tenencia del balón.

Por esa razón, en ese tramo inicial a Boca le costó muchísimo llegar, a tal punto que no generó situaciones claras, más allá de algunos esbozos de sociedad entre Clemente Rodríguez y Pablo Mouche por el sector izquierdo, pero con escasa profundidad.

De su lado, Arsenal tampoco se preocupó mucho por avanzar, aunque sí tuvo una ocasión muy propicia con un derechazo de media distancia del chileno Espinoza, que salió al lado del poste derecho de Orion.

Todavía las cosas parecían complicarse más para Boca con la baja de Somoza, ante un Arsenal que parecía sentirse a sus anchas con ese desarrollo del partido.

Pero el encuentro cambió radicalmente en el comienzo de la segunda mitad, porque el uruguayo Santiago Silva, más allá de estar peleado con el gol, que se le niega desde que llegó a Boca, demostró su capacidad para generar peligro constante y fue decisivo para que el local se encontrara con el triunfo.

Con la función de pivote para mantener atareada a la defensa de Arsenal, Silva tomó la pelota y la mantuvo hasta poder habilitar a Riquelme, que remató y el arquero Campestrini dio un largo rebote, que Ledesma empujó a la red.

Arsenal sintió el impacto y tardó en recuperarse, a la vez que Boca empezó a justificar el triunfo con un esfuerzo solidario de conjunto para aguantar un desarrollo trabajoso y trabado.

La desventaja y la posesión de la pelota no hicieron más que desnudar las limitaciones de Arsenal en la parte ofensiva, que sólo conseguía llegar con tiros libres, como un remate de Leguizamón bien tapado por Orion, o jugadas de balón detenido, con un cabezazo de Cuesta que obligó a una certera intervención del arquero local.

Cansado, Boca empezó a replegarse y a dejar cada vez más solo arriba a Silva, a la vez que Arsenal, enceguecido y sin ideas, sólo atinaba a buscar con pelotazos o a llenarle el área de centros, bien conjurados por la defensa local.

El partido se consumía con un triunfo exiguo, pero Silva apareció una vez más para liderar un contraataque y manejar con solvencia la pelota para asistir al ingresado Sánchez Miño, que vulneró a Campestrini con un zurdazo rasante y le puso el broche final a un triunfo valioso para este Boca que intenta recuperar la memoria y volver a ser el equipo sólido que era hasta hace unas pocas semanas.

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