No hay que reprochar a los jugadores de Barcelona y Liga de Loja por la eliminación de la Copa Sudamericana, algo totalmente ajustado a la realidad de ambos clubes. Pensar que el autogol fue determinante es mentirse con descaro.
Los canarios, con titulares sanos, no tenían la menor opción de pasar al Gremio, así que menos chance había con la ola de lesionados que afecta a los amarillos, que no lograron defender la ventaja en el marcador.
Esa jerarquía de antaño ha estado ausente. Gremio no afrontó la revancha de mejor forma, pero jugar a medio gas le bastó para deshacerse de un Barcelona que, en realidad, le apunta a ser campeón de Ecuador y formar un gran equipo para la Libertadores del próximo año. Esta Sudamericana fue un recreo en el que Barcelona se divirtió con lo que dio la tierra.
Liga de Loja se fue con más altura, sin perder ante Sao Paulo y dejando una buena impresión, con marca histórica incluida. También fue grato que Paúl Vélez tuviera espacio para demostrar su tremendo valor como estratega y entrenador. Vélez merece un club grande. Pero en Brasil se notó que el plantel no podía dar más. También hizo lo que pudo con lo que dio la tierra.
Faltó un jugador de otro nivel para aspirar a llegar más lejos, porque se logró llegar al arco paulista pero sin la contundencia suficiente. En todo caso, Loja mostró más que Barcelona, lo cual da la razón a aquellos que pensaron que este equipo merecía ganar la primera fase de la Serie A.
Esperemos a ver qué hacen el Quito y Emelec.