Barcelona obtuvo ayer un resultado excelente para sus intenciones de llegar a la final: fue un 3-0 que le permite seguir de cerca al Quito y que, además, se convierte en el primer triunfo del ‘Ídolo’ en la capital en esta temporada.
Buen triunfo, pero registrado en un cotejo que acabó de forma deplorable, con los hinchas agrediéndose, el parlante del Olímpico Atahualpa dictando sentencia como el Tremendo Juez y la Policía poniendo sus escudos para proteger la espalda del juez de línea de una lluvia de botellas.
Una lástima, porque el partido entre los canarios e Independiente empezó con gran caballerosidad, con los entrenadores Luis Zubeldía (“el que no ha ganado nada”) y Carlos Sevilla (“no lo conozco’”) saludándose e intercambiando sonrisas. Así dejaban atrás una semana de polémicas e innecesarias agresiones verbales.
Los canarios saltaron al campo con un letrero de apoyo a su compañero Geovanny Nazareno, acusado de dopaje y suspendido. O sea, el ambiente previo era todo lo contrario a la confrontación.
El cotejo nunca fue, desde el punto de vista futbolístico, muy emocionante. Los dos planteles se mostraron ordenados, con esquemas similares, buscando el arco rival pero sin generar mayores ocasiones de peligro.
Los canarios lograron el desequilibrio gracias a sus individualidades, con las que resolvieron mejor sus opciones. Los del Valle, ayer no mostraron el fútbol que les permitió golear a Emelec hace algunas jornadas y que les ha permitido alejarse del descenso.
Una desatención de la zaga local (local entre comillas, porque la inmensa mayoría de los 12 817 espectadores era amarilla), generó que, tras un mal despeje de Víctor Chinga, el canario Damián Díaz batiera al meta Librado Azcona con una definición que arrancó aplausos.
El cuadro de Sangolquí intentó equilibrar las acciones pero sus ofensivos no estuvieron finos.
Al minuto 69, el recién ingresado Iván Borghello puso la segunda de los canarios, otra vez gracias a una jugada personal. Recibió la pelota, desparramó a dos rivales y fusiló a Azcona. Con esto, prácticamente se liquidó el pleito y todo indicaba que el tramo final era el obvio: una celebración tranquila tras un resultado que era justo.
Pero no. Con el ‘Ídolo’ lo fácil se hace difícil. Al minuto 70, el juez Carlos Vera expulsó al canario Matías Oyola por una supuesta agresión verbal, denunciada por el juez de línea Marco Muzo. El DT Zubeldía aplaudió sarcásticamente al árbitro y armó un espectáculo que también le costó la expulsión, su segunda del año.
La escalada de tensión subió inmediatamente, con un grupo de hinchas canarios lanzando proyectiles desde el sector de preferencia. Uno impactó en la espalda del otro línea, Yonnis Aragón.
Eso no fue todo. Los ánimos se exacerbaron más cuando el famoso ‘Pepe’ Navas, la amable voz que anuncia los cambios en el Atahualpa, anunció por altoparlante que, debido a la agresión, el Monumental sería sancionado. Pero, ¿no que eso es potestad de la Comisión de Disciplina?
Esto, a su vez, generó que un sector de la preferencia se desataran grescas: se buscaba al culpable de haber arrojado el proyectil. También hubo incidentes en los palcos e incluso en la tribuna, sofocados por la Policía.
Mientras tanto, el cotejo se volvió brusco y tuvo un cierre de locura, con un penal ejecutado al fiel estilo del uruguayo ‘Loco’ Abreu por parte de Díaz, que puso el 3-0 y desató la celebración de los hinchas… de los que no estaban ocupados peleando, claro.