El gol de Barcelona salió de la banca de suplentes. Juan Anangonó entró al campo de juego a reemplazar al paraguayo Juan Samudio y anotó el único tanto con el cual los canarios vencieron anoche 1-0 al Deportivo Quito.
Fue un partido lento y aburrido desde el inicio hasta el final. Los jugadores canarios y chullas mostraron un juego predecible y sin sorpresas durante el encuentro disputado en el estadio Monumental.
La falta de precisión de los dos equipos a la hora de trasladar la pelota y la poco contundencia ofensiva contribuyeron para que el compromiso tenga pocas emociones y pocas jugadas de riesgo en los dos arcos.
El planteamiento de Carlos Sevilla, estratega de los ‘chullas’, fue claro: pobló la mitad de la cancha y se adueñó de la pelota desde el inicio del cotejo.
Barcelona, por su parte, no pudo mantener el balón en su poder por las constantes imprecisiones en sus habilitaciones. En ocasiones, los dirigidos por el técnico argentino Juan Manuel Llop no pudieron tocar el esférico más de tres veces seguidas.
Los visitantes perdieron a los ocho minutos del partido al volante peruano Juan González Vigil, por lesión. En su lugar entró al campo de juego Mauricio Donoso. Su ingreso le dio mayor movilidad en la zona de volantes a los visitantes.
Los toreros carecieron de profundidad y sorpresa en sus ataques. Sus intentos por llegar al arco defendido por Giovanni Ibarra resultaron por momentos predecibles para la defensa del equipo azul y grana.
Los laterales Jorge Cevallos y Jonathan Montenegro no fueron un aporte efectivo en la zona ofensiva. Los dos cruzaron la mitad de la cancha solo una vez durante el primer tiempo.
En la segunda etapa, y con el propósito de ganar poder ofensivo, entraron en Barcelona Édison Valdiviezo, Luis Miguel Garcés y Anangonó. Y justamente cuando este último tenía cuatro minutos en el campo de juego marcó el gol para los canarios.
El tanto nació en los pies de Pablo Palacios. El delantero lanzó un centro y el atacante se elevó y anticipó la marca de Juan Carlos Paredes. Un error en la salida de Ibarra facilitó el ingreso de la pelota al arco.