José Cevallos, presidente de Barcelona SC. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
José Cevallos nació en Ancón, Santa Elena, el 17 de abril de 1971. Jugó en Barcelona, Once Caldas, Dep. Azogues y Liga de Quito. Con este último fue campeón de la Copa Libertadores, en el 2008. Es presidente de Barcelona desde octubre del 2015.
¿La impugnación de su candidatura trastocó su planificación?
Melvin Ramírez (candidato a la vicepresidencia administrativa) nos iba a ayudar en los contactos para conseguir líneas de crédito, con su experiencia internacional. El estatuto dice que debe tener domicilio, no residencia, demostramos que votó en las últimas elecciones. No lo aceptaron y tuvimos que cambiarlo.
Dijo conocer irregularidades en la otra lista. ¿Por qué no impugnó?
En otras candidaturas se ve que no cumplen con tener la edad correspondiente. Más allá de lo legal, eso pasa por lo moral; nosotros queremos ganar en la cancha, por eso no impugnamos teniendo toda la información. El tribunal podía actuar de oficio, tenía toda la información del señor (Aquiles) Álvarez.
Precisamente, Álvarez (candidato a la vicepresidencia deportiva) habló sobre el DT Leonardo Ramos. ¿Cómo cayeron sus palabras?
Fueron declaraciones terribles, a 24 horas de jugar un partido muy importante por la Copa Ecuador. El candidato a vicepresidente deportivo dice que el entrenador no le agrada. Él (Ramos) se siente incómodo por un comentario que pudo evitarse.
¿Las renovaciones de contratos con jugadores importantes fortalecen su
candidatura?
No usamos algo tan importante como son los jugadores para sumar votos. Pensamos en la estabilidad del plantel. Además, tuvimos la oportunidad de sumar a John Cifuente, con el 50% de su pase sin costo de transferencia y empezará a cobrar en enero.
En sus propuestas dice que reducirá el 50% de la deuda. ¿Cómo lo hará?
Tenemos ingresos anuales de USD 20 millones. El control económico de la Liga nos permite invertir 12 millones en el plano deportivo, de ahí tenemos USD 2 millones en gastos administrativos, USD 1 millón para formativas, USD 500 000 para arreglos en el estadio. Con eso los dos primeros años destinaríamos USD 3,5 millones al pago de la deuda y los dos últimos años, 4 millones. Serían USD 15 millones, que corresponde al 50% de la deuda.
En su campaña anterior ya prometió sanear el club. ¿Qué cambió ahora?
Ahora tenemos un mapeo de quiénes son los acreedores y cuánto les debemos. No estamos considerando la clasificación a copas internacionales, si hacemos ese ejercicio, podríamos pagar 23 millones, el 75% de la deuda en cuatro años, son números reales, no especulación.
Cuando asumieron, dijeron que el déficit era de USD 36 millones, en estos cuatro años pagaron USD 22 millones, pero la deuda actual es de USD 29 millones. ¿Cuánta deuda generó su gestión?
Ese es un ejercicio matemático, no financiero. Hay que decir que hemos tenido que invertir en jugadores, en el estadio, en formativas… se atendió a todas las áreas y hemos estado siempre peleando en lo deportivo. El déficit no lo creamos, como otros quieren posicionar; por el contrario, lo asumimos y ahora tratamos de reducirlo. Tuvimos que hacer inversiones para armar una
base del equipo, son gastos que ya no tenemos que hacer.
¿Cómo quedó la relación con su contendor, Alfaro Moreno?
No tengo ningún problema. Lo que espero es que no nos ofendan; él no lo ha hecho pero su gente sí. En el estadio Christian Benítez un grupo de personas nos insultó, seguramente mandados por ellos. No creo que Alfaro lo sepa, pero su gente sí.
Se critica que no llamó a la asamblea informativa de septiembre. ¿Qué ocurrió?
Ayer (2 de octubre del 2019) acordamos hacerla entre el 16 y 18 de octubre, habíamos conversado a priori con el Tribunal Electoral para postergar la asamblea, debido al curso de las elecciones. Pedimos comprensión en este tema.