El Athletic de Bilbao y el FC Barcelona empataron este domingo 2-2 en un espectáculo de buen fútbol ofensivo y desgaste físico en la Liga española. Tanto el entrenador argentino Marcelo Bielsa como Josep Guardiola expusieron sus diversos métodos de interpretar el fútbol ofensivo y los dos conjuntos brillaron durante más de noventa minutos en un estadio de San Mamés condimentado por una tormenta constante.
El equipo vasco tuvo la victoria en sus manos, pero nuevamente apareció la figura del argentino Lionel Messi para decretar la igualdad definitiva en el primer minuto de descuento. El Barcelona, que mantuvo su invicto, quedó ahora a tres puntos del líder Real Madrid, que antes había goleado por 7-1 al Osasuna y logró algo de oxígeno en la cima de la tabla. Por su parte, el Athletic confirmó su gran momento, pese a no poder haberse llevado el triunfo. Lleva un invicto de diez partidos oficiales y sigue escalando posiciones en la tabla.
El primer cuarto de hora respiró el ritmo frenético de los dos equipos. Presión defensiva en cada metro del campo, pases a un toque y relevos constantes en las posiciones prometían, junto a la escenografía de un diluvio torrencial, un espectáculo futbolístico de lujo. La velocidad en las transiciones de los dos equipos ameritaban un esfuerzo físico descomunal durante la primera parte. El Barcelona, sin un delantero centro definido, apostó a las llegadas de Cesc Fábregas y de Sergio Busquets por el medio del campo con la intención de desacomodar la referencia de los centrales locales.
Mientras tanto, Bielsa apostó al eje de Fernando Llorente y a la conducción de Ander Herrera para poder quebrar la defensa del último tricampeón español. Adriano provocó una buena intervención de Gorka Iraizoz, después de una gran pared con Xavi antes de llegar a los cinco minutos de juego, mientras que el Athletic respondió con una enorme jugada colectiva finalizada en un tiro demasiado centrado de Herrera y el control de Valdés.
Mientras el Barcelona volvía a acercarse a la ventaja con un disparo apenas desviado de Andrés Iniesta desde la puerta del área, el Athletic abría el marcador en una de las primeras ocasiones en las que el césped influyó en el juego. Javier Mascherano resbaló al querer interceptar un balón en la banda y le dejó el camino libre a Markel Susaeta, quien tocó suave hacia el vértice izquierdo del área y Ander Herrera ejecutó un tiro fino abierto clavado junto al ángulo izquierdo de la portería del Barcelona. El equipo rojiblanco no sólo se ponía en ventaja, sino que cortaba una racha de nueve partidos consecutivos.
El gol de los anfitriones hizo reaccionar al Barcelona, que arañó la igualdad apenas un minuto después, con un tiro de Dani Alves a las manos de Iraizoz en una jugada preparada de balón parado, y que empató en la ocasión siguiente, gracias a su revolución ofensiva. Eric Abidal desbordó por la izquierda y lanzó un centro llovido al corazón del área, para que Fábregas se elevara como un delantero de área y anotara el gol con un cabezazo perfecto. En los minutos previos al descanso Messi e Iniesta elaboraron buenas conexiones, pero siempre apareció Iraizoz para depejar el peligro en el área local.
El entretiempo dejaba un saldo de dos equipos haciendo un fútbol dinámico, entretenido y arriesgado. Durante la segunda mitad, el estado del césped empezó a jugar su partido. La mitad ofensiva del Barcelona se inundó de charcos y dificultó demasiado el despliegue de los visitantes. Aún así, los azulgranas se adueñaron definitivamente del control de la pelota. Messi, que no había llegado a desequilibrar demasiado en el primer tiempo, provocó otra parada de Iraizoz con un zurdazo suave desde la derecha y el Athletic depositó las esperanzas en los pases largos y los centros a Llorente.
Unos minutos después de la media hora de la segunda parte y cuando ya el reinado del juego se debatía entre el equipo con mayor resto físico, el Athletic se encontró nuevamente con la ventaja en una carambola dentro del área. Un tiro de esquina desde la derecha finalizó en un despeje fallido de Abidal, un rebote en el cuerpo de Llorente y un último desvío en Piqué, quien no pudo despejar el balón en la línea.
El Barcelona, que había amenazado con dos mano a mano controlados por Iraizoz ante los tiros de Iniesta y Villa, consiguió salvar su invicto gracias a su máxima estrella. Messi apareció en el momento justo para sacar rédito de un desentendimiento de Fernando Amorebieta e Iraizoz en el área, y definió con un zurdazo cruzado casi sin resistencia alguna en la portería. Antes, el Rayo Vallecano goleó como local por 4-0 a la Real Sociedad, mientras que el Espanyol y el Villarreal empataron sin goles.