Desde hace mucho tiempo atrás el árbitro de fútbol ha sido objeto de insultos, gestos obscenos y de golpes por parte de la hinchada, de los jugadores y hasta de los directivos de los equipos. Cansados de eso y para evitar más incidentes, los árbitros intentan sentar precedentes.
Hoy, ya lo lograron con los requerimientos que hicieron para que expulsen del torneo de la Segunda categoría al Pilahuín Tío. El pasado 27 de octubre, la terna arbitral que dirigió el partido Pilahuín vs. Delfín fue maltratada por un grupo de hinchas del dueño de casa.
Después de amenazas de no dirigir ningún cotejo de fútbol, la Comisión de Disciplina de la Federación Ecuatoriana de Fútbol ‘castigó’ a ese equipo y dio la razón a los jueces. Esto se dio después de que sucediera lo mismo con el Pelileo, en septiembre del año pasado.
En esa oportunidad, el árbitro Byron López fue agredido mientras dirigía el cotejo entre Pelileo y Juventud Minera. En esa oportunidad, él y tres árbitros más recibieron patadas y trompones. Tras asimilar lo ocurrido, López afirmó que temió por su vida.
“Es algo que no quisiera que le pase a ninguno, los señores jugadores (del Pelileo) no quisieron ser derrotados. Nosotros no nos ponemos ninguna camiseta. Temimos por nuestra vida, éramos cuatro árbitros contra todas esas personas”, contó en ese momento.
Después de que el video de ese incidente circulará por distintas redes sociales y canales de televisión, Alfredo Intriago, presidente de la Asociación de Árbitros, amenazó también con paralizar el torneo. La solución de la Comisión también fue la de expulsar del torneo al Pelileo. Ese quizás fue el mayor golpe que ha recibido el arbitraje profesional.
Con esa medida se busca precautelar la integridad física de los árbitros, ya que la presencia de los miembros de la Policía Nacional no ha logrado evitar que se produzcan desmanes dentro de la cancha.