Con 1,91 metros de estatura, ¿pensó algún día en jugar baloncesto?
Nunca me gustó. En la escuela me obligaban a jugar. Además, ni en el país ni en Sudamérica existe una liga bien organizada que te motive a seguir esa disciplina. En Estados Unidos sí, pero a mí me gustó el fútbol.
‘Mamita’, ‘Mamita’. Ese es su apodo. ¿Puede recordar la anécdota de dónde surgió ese apelativo?
(Sonrisas). Un día, cuando jugaba en Espoli, cenando en la concentración junto a figuras como Máximo Banguera, Alfonso Obregón, Carlos Luis Morales… yo estaba sirviéndome mi tercer vaso de quaker. Carlos Luis (exgolero de Barcelona) se dio cuenta de eso y me preguntó por qué tomaba tanta colada. Le dije que mi mamita me preparaba la colada la noche anterior para que me la tomara yo solito.
Mientras me bebía el quaker todos corearon “mamita, mamita…”. La historia quedó en ese comedor, hasta que Carlos Luis se acordó de aquello cuando transmitió un partido del Deportivo Cuenca. Marqué un gol tras pegarle durísimo a la pelota. Ahí Carlos Luis dijo: “qué no va a patear así la ‘Mamita’ si se bebe 10 vasos de quaker”.
Con esa talla y elegante forma de hablar, ¿Le han propuesto vestirse de terno y corbata para ir a la Asamblea Nacional?
Por mi forma de expresarme creyeron que podría vincularme a la política, pero todavía no es el momento, aunque no cierro las puertas. Hoy siento que tengo las condiciones para seguir jugando. Les dije que aún me veo sobre el verde césped.
¿Hay Walter Calderón para rato entonces?
Aunque aún no haya arreglado mi situación contractual con el Quito yo me sigo entrenando. Tengo 37 años, pero la edad de competencia no está determinada por lo que muestra la cédula. La permanencia en la cancha se basa en tus ganas para seguir.
En estos 14 años de carrera y tres títulos nacionales ¿se atrevería a decir que tiene un campeonato favorito?
Después de luchar tanto y conocer lo feo del fútbol, empiezo a saborear lo lindo de esta profesión con el título del 2004, con Deportivo Cuenca. Eso lo conseguí junto a un grupo de grandes seres humanos después de derramar lágrimas y superar momentos difíciles. Por eso fue tan especial.
¿Quién le hizo llorar?
La hinchada fue muy dura conmigo. Hubo gente que no creía en mí y que hablaba mal. En Cuenca lloré porque fui muy insultado.
Con el tanto que marcó y le dio el título a Deportivo Cuenca, ¿logró frenar las críticas?
Un poco. Es triste ir a esa ciudad y no recibir ni siquiera un aplauso. Pero existe otra gente que me ha llenado con sus actos. Se me han acercado en la calle para pedirme disculpas por hablar mal de mí.
Aunque ha marcado goles decisivos en sus equipos, ¿por qué cree que la hinchada no lo quiere? ( Risas). Creo que es porque a la gente le cuesta apreciar lo nuestro, reconocer al futbolista ecuatoriano. Todavía hay periodistas que te juzgan hasta por el color de ojos. Somos muy extranjeristas.
¿Ha tenido ganas de reaccionar y devolverles el insulto? ¿Cómo hace para mantener la calma?
Si no hubiese mantenido una mentalidad fuerte cuando estuve en el Cuenca me hubiese derrumbado o retirado del fútbol. El apoyo de mi familia, amigos, familiares me ayudó a soportar ese momento. Ahora cuento hasta 10 (ja, ja…).
En Uruguay, cuando Liga de Loja jugó frente a El Nacional en un partido de Copa Sudamericana todo el equipo recibió insultos. Usted dijo que los llamaron “ecuatorianititos”. ¿También contó hasta 10?
(Risas). Me acuerdo bien de ese encuentro porque ahí marqué el gol que nos clasificó a los octavos de final de ese torneo, pero también porque la noche anterior un comentarista habló mal de Loja. Dijo que no existía en el mapa del Ecuador y que no era necesario que Nacional jugara con sus titulares.
Eso nos llenó de rabia y decidimos luchar aún con un resultado adverso (1-0). Quedamos en eso después de que les mostrara el video que grabé con mi celular. Queríamos callarles la boca.
¿Se considera un líder?
No lo sé. Pero me gusta aconsejar a los guambras. Me molesto mucho con los jugadores que se sienten conformes con firmar un contrato. En ocasiones hablo tanto que creo que les molesto.
¿Terminó la universidad?
No.
¿Y piensa retomar los estudios?
Quisiera algo corto.
¿Le agrada la dirección técnica?
Sí y tengo una propuesta de Liga para dirigir a las inferiores cuando deje de jugar. Mi vida es el fútbol y nunca me voy a alejar de eso.
¿Y sigue tomando quaker?
Claro que sí. Mi mamá me lo prepara (ja,ja…).
¿Quién es?
Walter Calderón Su origen. Nació el 17 de octubre de 1977, en Ibarra. Tiene 37 años, es casado y tiene cuatro hijos.
Su experiencia.
Fue convocado a los 18 años por el técnico Francisco Maturana a la Tricolor. Debutó en Espoli. Después jugó en Deportivo Cuenca, El Nacional, Liga de Quito, Deportivo Quito…
Su familia.
Su madre es Josefina Calderón. Vivió mucho tiempo con su tía Guadalupe Carcelén y su abuela Rosa Carcelén.
Tengo varios campeonatos, pero no llevo la cuenta de mis goles. Soy un irresponsable. Siempre me han gustado los objetivos y títulos comunes”.