Su palabra es tan determinante como la del Presidente del club . Sugiere las posiciones de los futbolistas, sistemas de juego, determina salarios, premios…
Es el español Ángel Gómez, quien ocupa el cargo de gerente deportivo en Barcelona. Es la cara visible del club, incluso por encima de Carlos Manzur, presidente de la Comisión de Fútbol.Tiene acceso a los entrenamientos, camerinos y concentraciones del equipo. Incluso, tiene carné de cancha. Realizó cursos en Europa en dirección deportiva, técnico de fútbol y psicología. Por ello, trata de imponer esa metodología europea de trabajo.
De esta manera, Gómez, quien gana un salario de cerca de USD 10 000 y premios por resultados, es el hombre de confianza de Eduardo Maruri, presidente del club. Él lo aconsejó para que no acudiera a los camerinos en las derrotas. Ese ejemplo lo copia de lo que hace el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.
Este año, Maruri ha aparecido poco ante los periodistas, lo que no aconteció el año pasado, cuando Barcelona peleaba por no descender a la Serie B.
“Maruri siempre dio la cara, pero ahora es como si lo hubieran blindado. Ha perdido incluso la sensibilidad ante la realidad que viven los jugadores”, detalló a este Diario uno de los colaboradores del conjunto porteño.
Maruri, según la planificación a inicio de año, iba a pasar de jueves a domingo con el plantel, pero esto cambió radicalmente.
Gómez también es psicólogo y técnico graduado. Sugirió el sistema de juego (4-3-3). En ocasiones también recomienda a los jugadores cómo actuar ante los rivales. Esas observaciones originaron preocupaciones entre los jugadores, ya que siempre tenían dos recomendaciones.“Los jugadores no saben cómo actuar en los partidos, porque en la cancha trabajaban una cosa con el DT (Juan Manuel) Llop, pero en las concentraciones cada uno recibía otras instrucciones de Gómez”, agregó la fuente.
Llop, quien renunció al equipo el pasado lunes, durante el año tuvo discrepancias con Gómez. El ex DT dice que no era así y que eran diálogos. Él evitó profundizar el tema.
La influencia de Gómez también atraviesa lo económico. Él ha fijado los salarios y premios con los jugadores. Creó el reglamento disciplinario hace cuatro meses, que impide a los futbolistas hablar sobre salarios.
Geovanny Gudiño, ex jefe de prensa del club, indicó que su mala relación con Gómez fue uno los motivos para su salida. “Entiendo la postura de los jugadores. Muchos quieren salir por una desigualdad salarial. No es porque respire por la herida, pero Barcelona es una gran institución y merece otro manejo”.
El español llegó con la firma Media Pro a finales del año pasado, para ayudar en la administración de los recursos. Pero a mediados de este año, Barcelona prescindió de los servicios de esa empresa y Gómez se quedó.
Su función, en principio, era la de supervisar el trabajo de las divisiones formativas del equipo y procurar llevar juveniles a Europa. Gómez posee una escuela de fútbol en su país.
Tal como el año pasado, cuando avaló las contrataciones de jugadores de acuerdo con su visión de juego, EL COMERCIO conoció que ahora está armando el plantel para el 2011. Pero el español se defiende: “Todo es falso, son rumores sin fundamento”.