José Miguel Andrade, jugador juvenil de Deportivo Quito, escuchó música en radio Francisco Stereo para relajarse antes del partido entre los azulgranas y la ‘U’ de Chile por la Copa Libertadores.
Luego, el mediocampista tomó asiento y se sirvió algunos trozos de pizza junto algunos de sus familiares. Entonces, empezaron a llegar los goles de la Universidad de Chile, que se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Andrade no quiso escuchar los comentarios de lo que sucedió en la primera etapa del cotejo. Con lo que vio en los 45 minutos fue suficiente. En esa etapa se cubría los ojos cuando un jugador de la ‘U’ amenazaba con inflar las redes custodiadas por el arquero Marcelo Elizaga.
Cuando los araucanos convertían los tantos, golpeaba las manos sobre el colchón de su cama. En otras ocasiones mordisqueaba sus uñas. Su mamá, Diana de La Torre, le repetía. “No te comas las uñas”. Sin embargo, el futbolista no podía dejar de hacerlo.
El ariete del Quito juega en ese plantel desde los 10 años y además es hincha del conjunto azulgrana. Es el goleador histórico de las categorías inferiores.
Por eso, no quería ver la goleada que recibió su club en Santiago de Chile. En la etapa complementaria el jugador sufrió mucho más de lo previsto.
Su impotencia se evidenció más cuando miraba los errores que cometían sus compañeros. Le molestaba que los jugadores no jugaran al mismo nivel de la Universidad de Chile.
En realidad quería estar jugando en el estadio Nacional Julio Martínez. Cuando se alteraba, su tío Luis Miguel de La Torre le decía. “Mijo tranquilo, que todavía falta”.
La última vez que dijo eso fue al minuto 84, cuando el marcador estaba 6-0, a favor de la Universidad de Chile, del técnico Jorge Sampaoli.
Después, su amigo Pedro Romo, jugador del Aucas, y José Miguel se resignaron. Universidad de Chile finalmente se llevó la clasificación. Y Andrade no pudo ocultar su decepción por la eliminación de la ‘AKD’.