Byron Cano nació en la península de Santa Elena, en la parroquia José Luis Tamayo, popularmente conocida como Muey. El delantero de la Universidad Católica aún recuerda con nostalgia las tardes de fútbol a la orilla del mar, el pescado y el clima cálido.“Por favor, ponga que les envío un saludo a toda la gente de Muey, a mi familia y a los amigos que siempre me apoyaron”, pedía el delgado delantero, de 20 años, tras la práctica del club camaratta en un soleado día en la Escuela Militar de Parcayacu, en Quito.
Cano dijo adiós a la península a los 17 años para abrazar su máximo sueño: jugar profesionalmente al fútbol. Y en ello la Academia de Alfaro Moreno tuvo mucho que ver. El delantero jugaba en la selección del Colegio Frank Vargas Pazzos de Salinas y era uno de sus estrellas destacadas.
José ‘Pulga’ Rodríguez, su profesor de Educación Física le puso en contacto con Eduardo Meléndez, uno de los técnicos del semillero en donde actualmente se preparan 3 500 jóvenes que sueñan con ser futbolistas.
“Entré a la Academia en el 2007 y ese año jugamos el torneo de ascenso con el profesor Jaime Villavicencio. No ascendimos, pero después Liga se interesó en mí y me llevó”, cuenta Cano.
En ese equipo también destacaba Carlos Moyano, volante de la Reserva del cuadro camaratta. El equipo también tenía otros dos caras conocidas: Joao Plata y Marlon Ganchozo, quienes ahora alternan como el juvenil Sub 20 en Liga de Quito.
Cano estuvo un año en la ‘U’ en el 2008 y en esta temporada fue transferido a la Universidad Católica. En el ‘Trencito’ actuó primero en Reserva y a mediados de año dio el salto al equipo de Primera, donde ahora es titular inamovible con el DT Jorge Célico.
El delantero peninsular es uno de los 12 jugadores surgidos de la Academia Alfaro que actúan en equipos de Primera de Ecuador. También se destacan Plata y Ganchozo y Édison Valdiviezo de Barcelona. La nómina se completa con jugadores que actúan en Macará o Liga de Portoviejo (ver breves). Además, la Academia colocó a Abel Casquete en River Plate y a Daniel Poroso en Banfield, ambos equipos de Argentina.
Un proyecto que se inició hace ocho años en Guayaquil
Carlos Alfaro Moreno decidió crear su Academia en el 2002, el mismo año de su retiro del fútbol. El ex jugador de Barcelona confiesa que en los 8 años que mantiene el semillero, alrededor de 15 000 niños y jóvenes se han formado en su centro.
La Academia tiene filiales en Guayaquil, Quito, Cuenca, Galápagos, Babahoyo, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas. Cada director de estas sucursales es también “un cazatalentos” que se encarga de seleccionar a los mejores jugadores de su unidad para mandarlos a Guayaquil a prueba. Los que logran quedarse, ingresan a la casa de concentración ubicada en la ciudadela Martha de Roldós.
El campeonato interbarrial de diario El Universo es también una fuente permanente de jugadores para la escuela. En ese torneo compiten 80 equipos de la Academia, desde las categorías Sub 5 hasta la Sub 18.
Pero una de las principales misiones de la Academia ha sido nutrir de jugadores en los equipos profesionales. Para ello, los contactos del ‘Beto’ han sido fundamentales. Una muestra clara de ella fue el traspaso del volante Poroso al Banfield argentino.
El pasado 16 de febrero, Banfield estaba concentrado en Guayaquil antes de su partido de Copa Libertadores ante Deportivo Cuenca. Julio César Falcioni, DT del cuadro bonaerense, contactó a Alfaro Moreno. “Necesitamos una cancha para entrenar”.
Febrero fue un mes lluvioso en Guayaquil. Aquel martes 16, Alfaro recibió en las instalaciones de la Academia al equipo del ‘Taladro’. Conversó con Carlos Portell, el presidente de Banfield, le explicó el proyecto de su semillero. Además, le presentó a una de sus ‘joyas’: Daniel Poroso, de apenas 14 años. Portell se interesó por el jugador, quien después viajó a Argentina y concretó su incorporación al equipo.
Liga es un cliente frecuente de la Academia
Además de Casquete y Poroso, uno de los traspasos más importantes fue el de Joao Plata, jugador de 18 años que fue vendido a Liga de Quito hace dos temporadas por unos USD 150 000.
Plata entró a la Academia a los 12 años e inmediatamente fue colocado en Barcelona, por un convenio entre el equipo torero y el semillero de Alfaro Moreno. Según los registros de la Ecuafútbol, Plata participó entre 2004 y 2006 con el cuadro torero.
Sin embargo, la directiva amarilla, encabezada en esa época por Leonardo Bohrer, se lo devolvió “por enano”, según Moreno. Plata, quien hoy tiene 18 años, mide apenas 1,62 m.
Plata intenta olvidar ese episodio. Tras su paso por el cuadro torero, actuó en la Academia y posteriormente fue a Liga, otro de los equipos que mantiene convenios con Alfaro Moreno, según certifica Santiago Jácome, gerente técnico del cuadro universitario.
Hoy el delantero es el juvenil escogido por Edgardo Bauza para cumplir el reglamento de alinear un Sub 20 durante 45 minutos. Ha jugado cinco partidos y ha marcado un gol. El técnico Bauza y su cuerpo técnico tienen grandes expectativas de su futuro.
El guayaquileño se encontró en Pomasqui con el volante Ganchozo, uno de sus amigos más cercanos en la Academia. El pasado jueves, luego del entrenamiento, los dos jugadores realizaban estiramientos en un costado de la cancha. El delantero es más conocido y un grupo de hinchas adolescentes lo esperaba al otro lado de la cancha para fotografiarse con él.
“Estar en Liga ha sido un sueño. Para rendir aquí fueron claves las enseñanzas que recibí en la Academia”, decía Plata. En ello coincidía Ganchozo. “Se trabaja bien allá y se aprende conocimientos técnicos”.
Los derechos deportivos de los dos jugadores fueron adquiridos por Liga, según confirma el gerente Jácome. “La Academia Alfaro nos entrega juveniles casi pulidos. Están bien trabajados y por ello decidimos traerlos. Esperamos que en los próximos años ya podamos producir nuestros propios jugadores”, dice Jácome.
Los clubes del Astillero también cuentan con jugadores salidos de la Academia. En Barcelona están los defensas Édinson Valdiviezo y Ríder Alcívar.
El primero de ellos actúa regularmente como defensa central y es una de las grandes promesas del equipo a futuro. El técnico Rubén Insúa lo tiene en sus planes.
En cambio, en Emelec, el delantero Francisco Rendón ya debutó en Primera. Él fue jugador de Barcelona en las divisiones inferiores, pero después fue al Danubio de Uruguay. Posteriormente, Alfaro adquirió sus derechos.