Alexander Alvarado, a sus 20 años, es campeón sudamericano y tercer lugar del mundo con la Tricolor. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Alexander Alvarado perfecciona su relación con el balón en cada entrenamiento. Cuando Gabriel Schürrer, entrenador de Aucas, da por finalizada la práctica, el volante quevedeño, de 20 años, se queda unos minutos más ensayando unos lanzamientos al arco del golero Fernando Fernández, que hace de ‘sparring’.
El futbolista traslada el balón con el borde externo de su botín bicolor izquierdo. Luego, acomoda el balón hacia la derecha y lanza remates esquinados, difíciles de contener para Fernández, el experimentado arquero nacionalizado.
El estadio Gonzalo Pozo Ripalda, en donde hoy, 14 de julio del 2019, el cuadro oriental recibe a El Nacional (12:00), parece el patio de su casa. Allí se divierte a diario en los entrenamientos y luego intenta llevar esa alegría a los partidos. Juega como volante extremo por derecha y confiesa que con el tiempo ha aprendido a posicionarse mejor: la raya de cal ya no lo limita. Continuamente hace desbordes hacia adentro en pos de más profundidad.
Alvarado se sienta sobre el balón para la producción de fotos y luego, durante la entrevista, realizada en la banca de suplentes del equipo local, para evitar el intenso sol, mantiene la pelota bajo el pie.
Aún sonríe al recordar la dura reprimenda que le dio el extécnico oriental Luis Soler, el año pasado, cuando hacía una producción similar para este Diario. “Vos, ¿quién sos? Todavía no has ganado nada para hacer notas”, le espetó el entrenador. Alvarado desapareció con dirección al camerino a toda velocidad.
Meses después de aquella reprimenda, el volante empezó a ganar las cosas que le reclamaba Soler: en enero fue campeón sudamericano con la Sub 20 y en junio con la Tri juvenil. Con Aucas jugó 39 partidos y marcó tres goles el año pasado. Este año, antes de ir a la Copa Mundo de Polonia, jugó 11 partidos del campeonato local y uno de la Copa Ecuador. Aún no marcó.
“Ha sido espectacular todo lo que ha pasado en mi carrera. Yo sé que el profe Soler, así como todos los entrenadores que he tenido, lo que buscaba era guiarme, llevarme por un buen camino”, dice.
Aún intenta asimilar los éxitos de la Selección juvenil. “Nuestros nombres quedarán en la historia por lo que logramos. Abrimos el camino para que más selecciones juveniles puedan hacer lo mismo”, dice el exjugador de Gualaceo. Los homenajes, la familia y el sueño de emigrar.
La Selección llegó el 16 de junio a Ecuador tras su participación en el Mundial. Alvarado se reencontró con su esposa Valeria Calle y con su hijo Thiago, de 8 meses de edad. También con su padres Juan y Carmen y con sus hermanos Luis Miguel, Juan y Jorge. Aucas le dio una semana de vacaciones y la familia se desplazó a su natal Quevedo.
En su ciudad, el alcalde John Salcedo fue a visitarlo y compartió un almuerzo con él. “Se organizó el almuerzo con mi papá, compartimos un buen momento. Además, la gente me hizo sentir su cariño”.
Mientras estuvo en Polonia, Alvarado se comunicaba por Facetime con su esposa y con su hijo, a quien le ha entrado el gusto por ver los partidos de su papá por televisión.
¿Qué le viene a Alvarado a futuro? El mediocampista se encoge de hombros.
“Yo me siento tranquilo en Aucas. Mi vida ha cambiado aquí, me fue bien en el Gualaceo, pero estando aquí todos los cambios han sido para bien. Ahora, si me toca partir a un equipo del exterior, lo haré encantado por el bien de mi familia”. Uno de sus mentores en el fútbol es Hugo Castañeira, actual gerente deportivo del club oriental. Él fue quien recomendó su contratación para el cuadro tras consultar a su amigo Fabián Frías, entonces DT del Gualaceo, y a Jorge Célico, seleccionador de Ecuador. Para Castañeira, aún no se conoce el techo de Alvarado. Hasta tanto, el quevedeño sigue mimando al balón.
Biografía. Alexander Alvarado nació en Quevedo el 21 de abril de 1999. Tiene 20 años.
Experiencia. Se inició en D. Quevedo, pasó por Independiente del Valle, Deportivo Quito, Gualaceo. Llegó a Aucas a inicios del 2018.