Deportivo Quito, a pesar de los pasos de gigante que ha realizado en estos cinco años, sigue arrastrando su principal problema: la angustia financiera. A pesar de los títulos y de la profesionalización del manejo administrativo, da la impresión de que continúa siendo el ‘Deportivo Chiro’, acosado por reclamos de sueldos impagos y por implacables recaudadores de impuestos. Por eso, las metas deportivas de este año están reducidas a terminar lo más decorosamente posible en el torneo nacional y avanzar hasta donde se pueda en la Sudamericana.
Los malos resultados, sin embargo, no deberían restar ánimo para el proyecto principal, que es dotar al equipo de un estadio y, sobre todo, de un solvente manejo financiero, que va de la mano con levantar su propio graderío. Con poco, los chullas ganaron tres de los últimos cinco títulos, han consolidado su hinchada –no es mayoritaria pero es tremendamente fiel– y han aportado con jugadores a la Tricolor como nunca antes. Sería una lástima que todo esto se pierda porque hubo una mala temporada, que puede sufrirla cualquiera.