Universidad Católica se sacó 20/20 con su colegio en La Armenia

Belén Reinoso (centro) junto a sus estudiantes futbolistas del colegio que implementó la Católica en su complejo. Estos chicos reciben clases de las materias básicas de lunes a viernes. Foto: Davio Paredes / EL COMERCIO

Belén Reinoso (centro) junto a sus estudiantes futbolistas del colegio que implementó la Católica en su complejo. Estos chicos reciben clases de las materias básicas de lunes a viernes. Foto: Davio Paredes / EL COMERCIO

Belén Reinoso (derecha) junto a sus estudiantes futbolistas del colegio que implementó la Católica en su complejo. Estos chicos reciben clases de las materias básicas de lunes a viernes. Foto: Davio Paredes / EL COMERCIO

Una gigantografía de todos los Presidentes de la República y un mapa del Ecuador adornan el aula donde 23 juveniles de la Universidad Católica reciben clases de lunes a viernes.

La mayoría de estos juveniles, de todas las edades, viven en el complejo de La Armenia. El club los impulsa para que se eduquen y finalicen su preparación.

No todos están en el mismo curso, pero reciben clases juntos. El grupo se divide por años. Hay muchachos desde séptimo de básica hasta segundo de bachillerato. Allí aprenden lenguaje y comunicación, literatura, filosofía, historia, matemáticas, física, química, biología e inglés.

La única materia que no reciben es educación física. Es que ellos con los entrenamientos ya tienen suficiente. “Es un sistema de educación más flexible. Hacen las tareas dentro de las horas de clases. No tienen pénsum adaptado. Los programas de enseñanza son los mismos que exige el Ministerio de Educación”, contó Belén Reinoso, una de las maestras que trabajan en el complejo.

Esta aula se instaló este año y tiene como objetivo complementar la formación integral del deportista. El argentino Marcelo Romano, coordinador de formativas, fue quien implementó el proyecto y convenció a los ‘duros’ de la ‘Chatoleí’ de armar la escuelita en el complejo.

Belén Reinoso (centro) junto a sus estudiantes futbolistas del colegio que implementó la Católica en su complejo. Estos chicos reciben clases de las materias básicas de lunes a viernes. Foto: Davio Paredes / EL COMERCIO

“Esto nació el año pasado desde que llegué al club. Vi la carencia de estudios y propuse el proyecto de la escuela a Francisco Egas y a Miguel Almeida (los máximos dirigentes de la Católica). Ellos entendieron que como institución, la formación de nuestros chicos debe ser integral”, dijo Romano.

Pero la escuelita no empezó de una sola. Católica tenía un convenio con el colegio Jhon Osteen, que a finales del año pasado no se pudo renovar. Esto hizo que se cambiara el plan de educación.

Romano fue el encargado de armar un nuevo proyecto. Él contactó a los representantes del colegio Nuevo Ecuador y lograron que el modelo educativo se instaurara en La Armenia.

“Ahora tenemos 23 chicos que están escolarizados. Los profesores vienen todas las mañanas al complejo y enseñan las materias básicas. La idea de instaurar el aula tan cerca que los chicos no tengan que salir y manejarse solos. Los que entrenan por la mañana estudian en la tarde y los que entrenan por la tarde estudian por la mañana”, explicó orgulloso Romano.

Belén Reinoso (centro) junto a sus estudiantes futbolistas del colegio que implementó la U. Católica en su complejo. Estos chicos reciben clases de las materias básicas de lunes a viernes. Foto: Davio Paredes / EL COMERCIO

Hay jugadores de 12 hasta 17 años que todos los días, bien uniformados, llegan al aula que está junto a la segunda cancha donde se entrenan las categorías formativas. Reinoso y Renny Rosero son los profesores.

Allí todos los estudiantes reciben clases al mismo tiempo, pero no la misma materia. Se dividen en grupos, por nivel. Es decir, por ejemplo, mientras los de Bachillerato están en matemáticas, los de básica reciben lenguaje y comunicación. La única asignatura que estudian todos juntos es el inglés. Esto, porque ahí sí están al mismo nivel.

“Compartimos el mismo espacio físico, pero los chicos están en diferentes niveles. Son cuatro alumnos en cada curso. La idea es repartirnos el grupo entre los dos profesores y separarlos por cada nivel”, explicó Reinoso.

La jornada de clases empieza a las 08:00 y finaliza a las 12:00. Como toda escuelita tienen un recreo. Este es a las 10:00, pero solamente de 15 minutos.

Este año lectivo arrancó en mayo. Los jóvenes saldrán de ‘vacaciones’ en febrero, porque este colegio es de régimen Costa.

Además, cada chico tiene todos los útiles escolares. El club entregó libros, cuadernos y todo el material que requieren durante su formación académica.

Los textos son especializados y están avalados por el Ministerio de Educación. Así se pulen los nuevos talentos del club.

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