El fútbol va y viene en una Sudamérica convulsionada

Estadio Monumental de Limam, propiedad del club Universitario de Deportes, fue la elegida como sede de la final única entre River Plate y Flamengo. Foto: Flicrk

Estadio Monumental de Limam, propiedad del club Universitario de Deportes, fue la elegida como sede de la final única entre River Plate y Flamengo. Foto: Flicrk

Estadio Monumental de Limam, propiedad del club Universitario de Deportes, fue la elegida como sede de la final única entre River Plate y Flamengo. Foto: Flicrk

Bolivia sumergida en una profunda crisis institucional tras la renuncia de Evo Morales. Violentas protestas en demanda de reformas sociales y económicas sacuden a Chile, y semanas antes a Ecuador. Sudamérica es un polvorín. Y el fútbol, a veces indiferente, escuchó el clamor de la calle.

La final de la Copa Libertadores de América 2019 entre River Plate de Argentina, el campeón defensor, y Flamengo de Brasil y la fecha FIFA de amistosos internacionales de noviembre que debía disputar La Roja se vieron afectadas por el torbellino de protestas -pacíficas y violentas- en Chile, que durante un mes dejaron 22 muertos y casi 15.000 detenidos en todo el país.

Cae Santiago, viva Lima

Santiago debía acoger el 23 de este mes la final única de la Libertadores, la primera en este formato de un solo partido en sesenta años de historia del máximo torneo de clubes de la Conmebol.

Pero el clima de inestabilidad en Chile obligó a las autoridades del fútbol sudamericano a hacer un alto en el camino a dos semanas del juego y evaluar una opción de urgencia para su torneo estrella.

Lima, con su estadio Monumental (80 000 espectadores) , propiedad del club Universitario de Deportes, fue la elegida en una dilatada reunión de la Conmebol con los presidentes de los clubes finalistas y de las asociaciones de Argentina, Brasil y Chile.

“Lima era la opción más viable”, aseguró el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.

La capital peruana había sido designada para la final única, también por primera vez en la historia, de la Copa Sudamericana 2019 pero en mayo pasado la crisis dirigencial que sacudió a la Federación peruana forzó el traslado del compromiso a Asunción.

Esta es la segunda ocasión consecutiva que la Conmebol debe cambiar el escenario de una final de la Libertadores.

En 2018, la final se mudó a Madrid debido a severos incidentes que se registraron el 24 de noviembre cerca del estadio Monumental de River en Buenos Aires para el partido de vuelta, tras un empate 2-2 en La Bombonera con su archirrival Boca. River derrotó a Boca 3-1 en el estadio Santiago Bernabéu y logró su cuarto título de Libertadores.

También, por el inusitado estallido social que afecta a Chile, el gobierno del presidente Sebastián Piñera se vio obligado a suspender el Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC) y la del clima COP-25, dos grandes eventos internacionales que estaban previstos a realizarse entre noviembre y diciembre.

 Cuando el fútbol habla

De las horas aciagas en Chile nadie escapó.

El fútbol paró. El estallido social obligó a las autoridades de ese deporte a suspender el Campeonato Nacional de primera y segunda división durante cinco fines de semana consecutivos desde el 17 de octubre.

La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) programó para este fin de semana la reanudación del torneo de la máxima categoría, retomando la actividad con la duodécima fecha y en la que la Universidad Católica podría coronarse campeón.

Las protestas no dejaron a nadie en silencio. Los principales referentes de la selección chilena acudieron a las redes sociales para manifestar su apoyo a la ciudadanía movilizada y demandaron del gobierno atención frente a lo que la calle reclamaba con furia.

“¡¡¡Aguante mi Chile querido!!! Los políticos tienen que escuchar al Pueblo cuando nos hacemos sentir. La gente lo está pasando muy mal y estamos diciendo ¡¡¡BASTA!!!”, señaló el 'Rey' Arturo Vidal en su cuenta en Instagram.

“El descontento de Chile es evidente. Ojalá las autoridades escuchen al pueblo y dejen de jugar con él. Es hora que se pronuncien y dejen el silencio para que la violencia no siga!”, posteó en su cuenta en Twitter el capitán de La Roja, Gary Medel.

Pero los futbolistas fueron por más. Concentrados en Santiago, los jugadores de La Roja decidieron no disputar un partido amistoso de fecha FIFA ante Perú, programado para este martes en Lima, alegando solidaridad con el pueblo chileno.

La decisión, aceptada por el seleccionador, el colombiano Reinaldo Rueda, derivará en consecuencias económicas y deportivas para la ANFP, que tendrá que asumir una multa por incumplimiento de contrato.

En lo deportivo, la consecuencia se verá reflejada en el ranking FIFA, donde no sumará puntos, e incluso con una eventual renuncia de Rueda, quien amenazó con irse afirmando que “si yo vengo a trabajar en fútbol y no hay fútbol, me tengo que ir”.

Bolivia también suspendió partidos amistosos con Chile y Panamá, ambos en noviembre, por la situación de inestabilidad política y social en ese país, y el campeonato doméstico también sufrió parálisis, con un total de 35 partidos postergados desde octubre.

Sudamérica es un polvorín desde octubre. La calle se manifestó con fuerza. El fútbol también lo hizo parando la pelota.

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