La selección de Brasil Sub20 entre las favoritas. Foto: EFE
Brasil, cinco veces campeón mundial, y Uruguay, vigente subcampeón del mundo, protagonizan un vibrante clásico sudamericano el jueves en New Plymouth (7:30 GMT0 2:30 hora de Ecuador) por un boleto en los cuartos de final del Mundial Sub-20, cuyo ganador sin duda saldrá con la moral reforzada para acelerar hacia el título de Nueva Zelanda-2015.
El ganador de este encuentro disputará un boleto a semifinales, el próximo domingo, con el vencedor del duelo de octavos de final que sostendrán el amplio favorito Portugal, campeón mundial en 1989 y 1991, frente al anfitrión Nueva Zelanda.
Los brasileños que dirige el técnico Rogerio Micale llegan con mejor imagen al choque en el estadio Taranaki de New Plymouth, donde la Canarinha armó su búnker en la primera fase y ganó el grupo E, tras victorias 4-2 ante el campeón africano Nigeria, Hungría (2-1) y Corea del Norte (3-0) , en el marco de una primera fase que le sirvió para ir delineando el equipo tipo a un entrenador nuevo que tuvo apenas 20 días para trabajar con sus nuevos jugadores.
“Ganamos tres partidos contra equipos de estilo de juego diferente y eso muestra que estamos en el camino correcto en la competición”, afirmó Micale al canal de la CBF.
“Ahora viene Uruguay, un clásico sudamericano que va a ser un partido muy difícil pero el equipo va a estar preparado para enfrentarlos”, añadió.
Uruguay quedó en el segundo puesto del ‘grupo de la muerte’, después de vencer 1-0 a Serbia, caer 2-1 con el tricampeón de la CONCACAF México e igualar 1-1 con Mali, en un andar sin demasiado brillo y cuyo fuerte ha sido el juego defensivo.
Antecedentes parejos
Ambos equipos se enfrentan con el antecedente más cercano de dos choques en el Sudamericano-2015, que se disputó en enero en tierra uruguaya y que tuvo victoria celeste por 2-0 en la fase de grupos y una igualdad 0-0 en el Hexagonal Final.
Sin embargo, los números ofrecen ventaja de 2-1 en el cara a cara de estas dos potencias en Copa del Mundo, con el antecedente más importante del triunfo brasileño 4-0 en Túnez-1977, cuando definían la medalla de bronce.
Desde aquellos cruces oficiales en enero las cosas cambiaron principalmente en la Canarinha, que sustituyó a su entrenador Alexandre Gallo por Micale después de aquel fiasco uruguayo en el que terminó cuarta del Sudamericano y cambió radicalmente la composición de la plantilla, con un tinte mucho más legionario, a imagen del volante del Manchester United Andreas Pereira o el punta del Real Madrid Jean Carlos.
Arriba, Micale seguramente devolverá la titularidad al mediapunta Gabriel Jesus, líder del ataque auriverde que se perdió el último partido por acumulación de amarillas, lo mismo que le pasó al central Marlon.
Por su lado, Uruguay mantuvo su esquema en un torneo que Fabián Coito no ha podido soltar a sus muchachos. El armador Gastón Pereiro, eje de la primera de Nacional de Montevideo, ha desplegado su talento en cuentagotas y marcó apenas un tanto.
El admirador del Chino Recoba tendrá que juntarse más con Facundo Castro, ejecutor de los balones parados celestes, y Kevin Méndez para asistir mejor al punta del Villarreal Franco Acosta, que se destapó con el tanto ante los malienses.
“Nos preparamos para enfrentar a equipos de alto nivel y hoy en día Brasil es uno de los mejores que tiene el torneo”, dijo Méndez a la televisión uruguaya.
“Arriba son muy rápidos, juegan bien a la pelota y creo que hay que estar atentos atrás para salir en contragolpe porque a ellos les cuesta en el fondo”, apuntó.
Asimismo, para contener al ataque brasileño que promedia tres goles por partido, la Celeste tendrá que volver a contar con su figura estelar del torneo, el portero Gastón Guruceaga, y limitar los errores de su firme defensa que cada tanto regala algún fallo garrafal que podría aprovechar el artillero de Brasil Judivan.
El árbitro del partido será el húngaro Istvan Vad, que dirigió el empate 1-1 entre Colombia y Senegal en primera fase.