La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó que la selección está por encima de cualquier interés político. Foto: AFP
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Para el gobierno de Dilma Rousseff el Mundial de fútbol en Brasil cumplió de forma satisfactoria las expectativas que tenían y sirvió para mejorar la imagen en el exterior de Brasil, según Gilberto Carvalho, mano derecha de la mandataria y ministro de la Secretaría General de la Presidencia.
“A cuatro días de la final puedo decir que estamos al mismo tiempo satisfechos y aliviados con el Mundial. Satisfechos porque todo ocurrió dentro de lo previsto y aliviados porque la presión que sufrimos en el país fue enorme”, dijo Carvalho.
Según Carvalho, la experiencia de Brasil en la organización de grandes eventos como la cumbre Río+20 o la Copa Confederaciones de la FIFA fue vital para garantizar el éxito de la organización de la Copa del Mundo y “mostrar al mundo que la nación se desarrolla en una cultura de paz”.
De acuerdo a los datos del Gobierno, las obras para acoger el evento deportivo y actualizar la red de transporte brasileña “desplazaron a unas 35.000 personas a las que el Gobierno está prestando asistencia”, dijo.
El ministro también negó que la derrota de la selección brasileña ante Alemania pueda afectar el resultado de las elecciones presidenciales de octubre próximo. “Los temas del debate (electoral) no serán sobre el Mundial, ni para bien ni para mal”, afirmó.
Preguntado sobre el impacto del Mundial en la economía brasileña, que el Gobierno calcula en 13.000 millones de dólares, Carvalho destacó que el campeonato “permitió estimular algunas de las zonas más deprimidas, como el Nordeste, y la ciudad de Manaos, así como la infraestructura de movilidad urbana”, aunque matizó que “el momento (económico) actual es muy duro”.