Estas son las lecciones más sustanciosas que nos deja el amistoso con Inglaterra en Miami, que acabó 2-2.
1. Con titulares es otra cosa
¡Por fin se acabaron los experimentos sin sentido! Ahora sí jugaron los titulares en el primer tiempo y se notó la diferencia en volumen de juego y en contención. Claro, la defensa es un gruyer y en eso hay culpa en todas las líneas (no se marca desde la salida, por ejemplo, sino que se entrega la pelota), pero los 11 elementos de los 45 minutos iniciales son lo mejor disponible.
2. Banguera, ¿culpable?
No es justo que el meta del Barcelona SC reciba toda la culpa de la zozobra permanente en que vive la zaga tricolor. Algo pasa en la línea de cuatro que genera tensión cuando el rival se acerca al área. Parecía que los ingleses podían oler el terror de los ecuatorianos en esa zona. Fue vergonzoso que el juvenil Shaw les bailara para el segundo gol. Falta trabajo.
3. Felipao, el 10
Un cambio posicional exitoso de Rueda es retroceder a Felipe Caicedo para que sea el habilitador del 9, que en este caso fue Enner. Es la mejor fórmula posible. El problema es que ‘Felipao’ está disminuido, no puede aguantar todo el partido y por eso tampoco es un 11 neto, que cuerpee todo el tiempo. Pero bueno, ya hay una sociedad que puede rendir ante Suiza.
4. Gruezo aprobó
No estuvo mal el examen de Carlos Gruezo como reemplazo de Segundo Castillo. Se nota que los nervios le afectan y que le cuesta un poco serenarse. Le hizo un banquito innecesario a Oxlade-Chamberlain (salió lesionado) que le resta puntos en su lucha con Édison Méndez por la titularidad.
5. Arroyo, el outsider
La calidad de Michael Arroyo es indiscutible. Posee muchos recursos y usarlos para los segundos tiempos es un acierto de Rueda. ‘Gambetita’ entró cuando ya comenzaba a sentirse en peso del clima y sacudió a los ingleses con un golazo. ¡Y pensar que casi se queda afuera del Mundial!
6. Enner en un gran momento, pero…
Los goles que falla Enner Valencia son increíbles. Solo marcó en una de las tres opciones claras de las que disfrutó. Es verdad que también estuvo muy cómodo ya que los ingleses no jugaron con una presión asfixiante. Pero su gran momento personal debe traducirse en goles.
7. Dos puntos en tres partidos
Ya en frío, si el grupo mundialista de Ecuador hubiera sido conformado por Inglaterra, México y Holanda, la Tricolor solo tendría dos puntos. O sea, la eliminación sería inevitable. Lo esperanzador es que se anotó al menos un gol por partido. Pero se recibieron seis tantos, lo que supera el promedio de ataque.
8. La jugada boba
Lo de Antonio Valencia no puede ocurrir jamás. ¡Una roja por pretender ahorcar a un rival! Ya sabemos que la cabeza caliente es mala consejera y que el juvenil de Inglaterra entró fuerte, pero dejar al equipo con un menos es inefable, inexplicable y no compatible con la banda de capitán.