El ‘Scratch’ cambió la magia por el orden

Fernandinho el jugador de la selección de Brasil reacciona después del gol de Toni Kroos para Alemania durante la semifinal jugada en el estadio  Mineirão. EFE

Fernandinho el jugador de la selección de Brasil reacciona después del gol de Toni Kroos para Alemania durante la semifinal jugada en el estadio Mineirão. EFE

Fernandinho el jugador de la selección de Brasil reacciona después del gol de Toni Kroos para Alemania durante la semifinal jugada en el estadio Mineirão. EFE

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¿Evolución o involución? La nueva propuesta táctica de Brasil no ha sido efectiva.

Desde 1994 la ‘Seleção’ abandonó su estilo atrevido e imaginativo de jugar. Y, aunque ese juego le entregó dos copas del mundo no ha convencido a su hinchada.

La tradición brasileña que nació en 1958 con el primer título y la aparición de Pelé quedaron atrás. Ese torneo que vio la mejor versión de Garrincha fue el inicio del ‘jogo bonito’.

Entre 1974 y 1994 hubo una sequía de resultados para Brasil. Pero, en cambio en esas épocas los derroches de calidad no faltaban. Siendo el equipo de 1982, el que disputó el Mundial de España, el que mejor jugó.

Sócrates, Zico, Toninho Cerezo y Falcão dirigidos por Telé Santana lideraron esa legión de jugadores prodigiosos pero que no pudieron levantar la copa.

Su juego era veloz, directo y ‘bonito’ con dribles, gambetas… Pero, poco efectivo. En 1994, luego de 20 años de sequía, volvió el título a tierras brasileñas. Pero el fútbol ya no deslumbraba.

Carlos Alberto Parreira dirigió a esa Selección que basaba su éxito en la velocidad de sus laterales y la fuerza de volantes como Dunga.

Parreira volvió en el 2006 y Brasil abandonó totalmente el ‘jogo bonito’. Pese a tener jugadores como Ronaldo, Adriano, Kaká y Ronaldinho el fútbol anterior nunca apareció.

Caso similar a lo que ocurrió en el 2010, con Dunga como entrenador, en donde la táctica brilló.

Ahora, Scolari se basó más en las ganas de los futbolistas y en su compromiso con el proyecto que en un fútbol brillante. Carente de imaginación desde el inicio del Mundial, la ‘Seleção’ cambió los dribles y los sombreros por derroche físico y solidaridad.

Pablo Repetto, DT de Independiente del Valle, considera que este fenómeno va de la mano con la evolución del fútbol. Brasil creció igual que el fútbol, pero su caso es más notable por su tradición.

Expone que en la actualidad jugadores como Pelé o Garrincha no podrían brillar tanto porque hay menos espacios y la táctica se sobrepone muchas veces a la técnica en la cancha.

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