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Jornada de pausa, matizada por el llanto de Neymar. Entre los gajes del oficio futbolero está la posibilidad de lesionarse y el crack de Brasil ha sido víctima de un rodillazo colombiano tan brutal, tan sin sentido, que se lastimó de gravedad.
Una vértebra quebradiza lo ha dejado sin opciones de luchar por el cupo en la gran final. Triste. Injusto. Si Brasil entraba al gran partido, Neymar debía estar ahí. Maldición. Bueno, los picapedreros siempre hubo. Pelé, en 1962, no llegó a jugar la mitad del Mundial porque lo lesionaron.
Pero Garrincha emergió con su genialidad en la cancha y su inocencia fuera del campo para ser campeón. El del 62 es el título de Garrincha y no tanto del gran Pelé, que también fue cazado salvajemente en 1966 por esa Portugal que tenía al fino Eusebio acompañado por 10 taladores de tobillos.
Pelé, todos sabemos, siguió y se consagró en 1970 como el más enorme jugador de la historia. Gajes del futbolista, que debe lidiar con el sufrimiento.
Dolor también ha dejado el anuncio del vicepresidente del Ecuador, Jorgle Glass, sobre la remodelación del Atahualpa. ¿Se acuerdan? Fue un ofrecimiento de campaña, cuando Augusto Barrera intentaba salvar su naufragio electoral prometiendo milagros y apelaba al ministro José Francisco Cevallos (que ahora confiesa su interés en ser presidente no solo del Barcelona SC sino de la Ecuafútbol y hasta de la FIFA), para conquistar a la hinchada.
Uno de esos tantos milagros fue traer al siglo XXI al venerable estadio Olímpico Atahualpa mediante una inversión de 74 millones de dólares para hacerlo funcional, bonito, agradable a la vista y al espectáculo, pero seguro y familiar.
Fue en un acto con invitados y todo el protocolo para resaltar la importancia del tema. ¡Es la casa de la Tricolor, pues! Pero al parecer ha sido una oferta mentirosa pues Glass acaba de recordarnos que hay otras prioridades y pide un debate ciudadano sobre lo oportuno de gastarnos semejante cifra.
Galo Barreto, el duro de AFNA, quedó desconcertado porque ya lo daba por hecho. ¿Debate? ¿Para qué? Es cuestión de hacerlo o no, y punto. No hace falta preguntarle a la señora que trabaja en el camal de La Ecuatoriana.
Si hay necesidades más urgentes, pues ni modo. Igual, el Gobierno hace muchas cosas sin preguntar nada. Y si la idea es debatir, pues hay asuntos más urgentes.
El código monetario, la reelección indefinida y el Yasuní son temas realmente ciudadanos, urgentes y necesarios. El estadio es, después de todo, secundario.
No obstante, quedó la impresión de que todo ha sido una enorme mentira electoral. Un golazo que Barrera le quiso meter a Rodas y que Glass se lo termina metiendo a Quito.