Moisés Ramírez participó ayer en el entrenamiento que hizo la Selección juvenil para su próximo partido, contra Estados Unidos, el sábado. Foto: David Paredes desde Polonia / EL COMERCIO
Moisés Ramírez no se despega de su parlante. El golero de la Real Sociedad es quien enciende el ambiente de la Selección Sub 20, que desde el miércoles 5 de junio del 2019, empezó a planificar el juego de cuartos de final. Por eso, los ‘atachés’ que acompañan a la Selección desde hace tres semanas, en Polonia, destacan su alegría. Pese a ser un tipo de pocas palabras, ha llegado a ganarse el cariño del personal que la FIFA puso a servicio de la Selección.
Si no es el parlante son los audífonos. Pero ‘Araña’ siempre está escuchando música. Ahora adquirió un dispositivo que se conecta vía Bluetooth con su teléfono celular. Salen notoriamente de sus oídos, pero no se distingue qué tipo de música escucha.
Eso lo mantiene concentrado. Se despega de ellos cuando está en las prácticas o en las actividades comunales.
“Es un persona alegre, que siempre está acompañado de su música. Eso es bueno para el grupo, porque se divierten. Es el bromista”, asegura Bartek Luczak, quien hace de traductor y de coordinador de la Tri, en su estadía en Europa.
Ramírez ha tratado de trabajar la técnica y lo anímico junto a Robin Pico, preparador de arqueros. Antes de cada práctica conversa con su entrenador y participa en los ‘toritos’ preliminares a los trabajos tácticos y físicos, que se realizan en las distintas ciudades polacas.
En Gdansk, donde actualmente se hospeda la Selección, hablan bien de sus habilidades, pero aseguran que arriesga mucho cuando sale jugando con los pies, característica a la que llaman ‘golero líbero’.
“Si no se arriesga, no se consigue nada”, aseguró el exarquero de Independiente del Valle, quien días atrás reconoció que jugar como líbero es algo que está perfeccionando y aprendiendo en España.
Ante Italia, en la fase de grupos, tuvo la oportunidad de mostrar su juego. Incluso en los minutos finales fue él quien realizó el último saque de banda, en la media cancha.
“Es muy loco y desordenado. A veces no sabe ni en qué habitación está durmiendo”, dice entre risas Bartek.
Pico está trabajando con él en saques de meta y es uno de los primeros que defiende al guayaquileño cuando lo critican por su juego con los pies. Asegura que su paso por España le ha permitido madurar en lo personal y profesional.
“Tenemos una idea de juego establecida y confiamos en eso. En el Sudamericano, Ramírez hizo cosas importantes y logró ser campeón”, asegura el exgolero del Aucas.
En el juego ante Uruguay, el cancerbero realizó 24 pases precisos con el pie y tres con las manos. Por eso, en el campo trata de mostrar lo aprendido en España. Busca driblar a los rivales, aunque a veces no le va bien. Pero se arriesga en sus salidas. Por ello trata de respaldarse en sus defensas.
Por ejemplo, ante los charrúas, con quien más jugó en espacios cortos fue con Gustavo Vallecilla, a quien le dio 12 pases. En ofensiva se conectó con José Cifuente.
Raúl Iglesias, su entrenador de arqueros en España, fue quien le incentivó a jugar con los pies. Es algo que practica en su club y por eso trata de hacer lo mismo en la Selección. “Aún hay que mejorar, pero también tenemos que arriesgar para ganar”, dijo el golero.
En lo que va del Mundial, a Ramírez le han marcado tres goles en cuatro juegos.