Ricardo Medina, con gorra roja, junto con algunos de sus pupilos en el parque Bicentenario de Quito. Foto: Carlos A. Rojas/ EL COMERCIO
El manabita Ricardo Medina está convencido que el próximo arquero de la Selección se encuentra entre los 25 prospectos a los que guía en un rincón del parque Bicentenario de Quito.
El exgolero de clubes como El Nacional y Deportivo Quito solo pone una condición para que su aseveración se convierta en realidad. “Hay que dar más oportunidades a los arqueros nacionales”.
Futbolista en la década del 90′, ahora se siente motivado por transmitir sus conocimientos y experiencia a los jóvenes que intentan destacarse en la exigente posición que no permite errores bajo los tres palos. “Para ser un buen guardameta hay que ser valiente, decidido y comprometido con las prácticas”.
Los futuros arqueros se entrenan en el parque Bicentenario. Foto: Carlos A. Rojas/ EL COMERCIO
El entrenador de ‘cancerberos’ pone énfasis en la técnica para caer y evitar lesiones. Además insiste en la fuerza, velocidad, reacción, reflejos, potencia en los brazos para sacar lejos la pelota, dominio del balón con los pies… el trabajo del golero es sacrificado, riguroso y permanente.
“Para mí es un gusto compartir la experiencia adquirida. Yo fui arquero y demuestro a los chicos la manera de caer, girar, levantarse… expresó el exdeportista que tuvo guías como Milton Rodríguez, Luis Escalante, Francisco Reinoso, César Ramos, Fernando Maldonado, entre otros.
El manabita fue uno de esos guardametas temerarios de inicios de los años 90 en el fútbol ecuatoriano. En 1996 fue parte de la nómina del equipo campeón de El Nacional con la dirección técnica del brasileño Paulo Massa.
En el club ‘criollo’ fue suplente de Johvanny Ibarra y en 1998 participó de un microciclo en la Selección ecuatoriana con la guía del colombiano Francisco Maturana. “Tuve la suerte de pertenecer una semana a la Selección. Fue hermoso para mí haber estado esos ocho días con la Tri“.
En 1999 atajó ocho partidos en el primer equipo criollo. “No tengo por qué mentir. Fui suplente de Ibarra, un gran arquero”.
En el 2000 fue parte del Técnico Universitario. “Perdimos la categoría ese año junto con Liga de Quito. Técnico fue prácticamente el equipo que mandó al descenso a Liga porque ganamos 1-0 en Ambato“, recordó. Luego pasó al Deportivo Quito.
En la Academia compartió el arco con Rolando Carabalí, Sandro Borja y otros cancerberos de la época.
El exarquero de 43 años habla con pasión sobre su exigente posición en el campo de juego. Durante los últimos años mantuvo su escuela permanente de guardametas en La Carolina, pero este año firmó un contrato con los chullas. “Estoy feliz de haber vuelto al club, a pesar de los problemas económicos… En el país sí tenemos buenos arqueros pero hay que darles la oportunidad de atajar”.