El DT Jorge Célico traslada un grupo de balones, en el entrenamiento del jueves 6 de junio del 2019. Foto: David Paredes desde Polonia / EL COMERCIO
Jorge Fortunato Célico nació en Buenos Aires, Argentina, el 27 de octubre de 1957. Trayectoria: Jugó fútbol en el Huracán; donde inició su carrera de director técnico. Dirigió a Universidad Católica y a El Nacional. Fue estratega interino de la Selección de mayores de Ecuador.
Se vio obligado a hacer cambios en los últimos dos partidos. ¿Eso responde a una necesidad táctica?
Los cambios que he hecho en la alineación han sido por decisiones tácticas. Tienen que ver con el rival que enfrentamos y con la virtud que tengan. En el duelo con Uruguay, las inclusiones de Gustavo Vallecilla, por su juego aéreo, y de Sergio Quintero, por su agresividad en la mitad de la cancha, fueron más tácticas. Ahora estoy estudiando al próximo rival, Estados Unidos, y analizando cuáles son las posibilidades. Debemos hacer un partido inteligente y sin abandonar la idea de juego. Hay que incluir en el plan la posibilidad de jugar 30 minutos más y una definición de penales.
¿Cuánto han crecido sus jugadores en esta Copa del Mundo?
Los veo maduros. Eso es lo más lindo de la evolución de los jóvenes. Cuando se maneja a los chicos se va viendo ese progreso. En una Selección, eso se acentúa más porque los lapsos de crecimientos donde se los ve son distintos. Los vi en el Sudamericano y de ahí un mes después eran otros. Eso se parece a cuando uno se va de casa por un mes y al regresar ve distintos a los hijos. Estos chicos me han demostrado que han madurado, y para bien. Hay que aclarar que no son esos jugadores que se agrandan porque ganaron el Sudamericano. Es lo contrario, porque han asumido otras responsabilidades.
Fue una fase de grupos agridulce. ¿Cómo cambió la mentalidad de sus jugadores?
¡No tan agridulce! Yo evalúo más el juego que el resultado. Lo que vivimos en la fase de grupos también fue producto de la ansiedad y de esperar que se den los resultados para poder clasificarnos. Pero para mí la fase de grupos fue satisfactoria por lo que uno entrena, trabaja y espera de ellos. Después, el resultado ya depende de pequeños detalles, de que si la pelota entró o no. O si te salvaste sobre la hora o ganaste un partido que por ahí debías de haber empatado.
¿Dónde hubo ese punto de quiebre en su Selección?
Esos dos penales que fallamos y esos partidos como el de Italia, que fuimos superiores al rival y que aguantamos con un hombre menos, generaron incertidumbre y desconfianza. Pero cuando terminó la fase de grupos, como que todo volvió a cero, empezábamos de nuevo. Recobramos la confianza, tuvimos las ganas y dijimos que teníamos una vida más. Ahora el reto es Estados Unidos, que hay que tomarlo con responsabilidad, porque eso permitiría jugar el séptimo partido, que para Ecuador sería histórico.
El ecuatoriano Luis Castillo celebra tras la victoria de su selección en el encuentro de octavos de final del Mundial Sub 20 entre Uruguay y Ecuador,el 3 de junio del 2019. Foto: EFE
¿La campaña de la Sub 20 es un ejemplo para el resto de selecciones?
Podemos marcar un antes y un después desde la ayuda y motivación que podemos dar a otras selecciones, como a la mayor, la Sub 15, la Sub17 a las futuras Sub 20. Queremos demostrar que sí se puede, trabajando en silencio. Hay veces que se trabaja bien, que hay buenos jugadores y entrenadores, pero falta confianza. Si nosotros logramos dar ese quiebre vamos a dejar una huella en el fútbol ecuatoriano.
¿Es cuestión de mentalidad, de convencerse?
Siendo sincero, es un desafío grande. Debes entrar a un entrenamiento observando a los jugadores de las cejas para arriba (mentalidad). Ese trabajo debe consistir en charlas y en transmitirle lo que uno realmente piensa. Lo ideal es que haya un compromiso entre ellos y nosotros. Debemos estar todos con ese objetivo.
Los equipos se fortalecen día a día. ¿Al suyo aún hay que hacerle correctivos?
Lo comento a diario, tratamos de minimizar los errores en el juego. Hay que creer cada día más en la idea de juego y salir a jugar con absoluta libertad; proponer un partido que desde el inicio se note que Ecuador quiere clasificarse. Eso es entre charlas, autocríticas y no guardarnos nada. Una vez que terminó, ya no hay momento de reclamos ni de reproches. Eso hay que prepararlo antes y eso estamos haciendo día a día.
¿En este Mundial sus jugadores dejaron de ser chicos?
Sí, por su madurez. Si hablan con ellos es fácil notar que ya dejaron de ser chicos. Son profesionales y de primera división. Tenemos gente en el fútbol europeo. Solo nosotros estamos con la idea de que son chicos. Son gente madura, deportivamente, y eso lo demuestran en las charlas. A los mayores nos cuesta aceptar la autocrítica, pero ellos lo han asumido y entienden lo que se les habla.
¿Qué ha analizado de Estados Unidos?
Estados Unidos es una selección de buen pie, contrario a lo que pensaba. Son más latinos que europeos. Tiene jugadores en la mitad de la cancha con buena técnica, con un tipo de juego que propone. No creo que cambie el estilo y su 4-3-3. Ante Francia utilizaron el 4-1-4-1, siendo más defensivos, pero con la convicción de estar siempre arriba y con un juego asociado. Tiene extremos profundos.