Hernán Galíndez le atajó dos penales a Liga de Quito en casa Blanca. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
‘Detrás de un penal, existe un duelo psicológico entre el arquero y el pateador, donde el primero, tiene todo para perder”. Así definió Hernán Galíndez, portero de U. Católica, las dos jugadas que enfrentó con éxito ante Liga de Quito.
El día que Galíndez cumplía 174 partidos, el domingo 6 de marzo, con los camarattas, decidió utilizar una técnica del exgolero Sergio Goycochea, vicecampeón mundial con Argentina, para detener dos penales a Liga de Quito.
¿En qué consiste la técnica? En inducir al rival al costado donde debe patear el penal. Galíndez confesó que amagó hacia su derecha, retornó al centro del arco, y segundos antes de que Diego Morales patee el balón, apoyó su pierna derecha para tener fuerza en su volada, extendió sus brazos y detuvo el remate.
“Existe un ritual previo de engaños”, añadió Galíndez, quien cumplirá 29 años de edad, el 30 de marzo. El camaratta indicó que el penal, es lo único que no entrena con Manuel Dolores Villegas, durante las prácticas en La Armenia.
Para él, un penal son decisiones del momento, dependiendo de cómo vaya el partido, el marcador, el ambiente de la gente y de la seguridad de quien va al cobro.
La intuición de Galíndez se puso otra vez a prueba al minuto 88, cuando se sancionó un nuevo penal.
Aunque el defensor Wilmer Meneses le aconsejó que vuele a su derecha, Galíndez recurrió a un juego psicológico que popularizó José Francisco Cevallos, padre. Su rival era el hijo de ‘Pepe Pancho’.
“Traté de incomodarlo sin decirle nada”, explicó. Luego se paró en el punto penal hasta Cevallos Jr. apoye la pelota, siempre tratando de distraerlo.
Al igual que con ‘Cachete’ Morales, Galíndez se apoyó en su pierna derecha, segundos antes que Cevallos rematara, para volar y detener el remate, al extender sus brazos.
Marcelo Álvarez, preparador de arqueros de la Selección, añade que en un penal, influye la observación y determinación del portero.
Por biomecánica, los arqueros saben que si el jugador levanta el brazo donde está su pie de apoyo, buscan equilibro para cruzar su remate; pero si no lo hace, el remate irá en la misma dirección de donde se perfiló el jugador. “En Ecuador se enfrentan cuatro veces al mismo rival y los arqueros conocen a sus rivales”.
Para el DT Alfredo Encalada, el arquero es el que menos presión tiene en un penal, razón por la cual ejerce trabajo psicológico sobre el jugador, al hacer tiempo, protestar con el árbitro, tomar las redes y molestar a su rival.
En una entrevista que Goycochea concedió a revista El Gráfico de Chile en el 2015, señaló que el éxito en los penales, va de la mano con un dominio mental de la situación.
Para el exportero argentino, no existe impericia para cobrar un penal ni una adecuada manera de patearlo. “Hay arqueros que escogen un lado, otros esperan más, pero los arqueros con personalidad, saben leer al jugador que enfrentan”.
Galíndez, que empezará los trámites para nacionalizarse ecuatoriano aprendió su técnica con Gustavo Flores, bajo un estilo italiano de entrenamiento, el cual cuida la posición dentro del arco, y solo recurre a las voladas extremas cuando el momento amerite.