Danny Welbeck del Arsenal superó al guardameta del Manchester, David de Gea, y anotó un gol, el 9 de marzo de 2015. Foto: AFP
Contra todo pronóstico, el arquero español David De Gea se quedó en el Manchester United y se truncó así su fichaje por el Real Madrid, que se quedó finalmente, y contra su deseo, con el costarricense Keylor Navas.
Así concluyó un día de locos, el último para inscribir jugadores en Europa. Y cuando todo estaba pactado entre Real Madrid y Manchester United, finalmente parte de la documentación que debía enviar el club inglés para completar el fichaje no llegó a tiempo y la operación quedó abortada.
Dos de los clubes más poderosos del mundo esperaron hasta el final para completar el trato, que al final quedó en nada. Difícil de entender a falta de explicaciones finales. Desde muy temprano, las ediciones digitales de los diarios españoles hablaron de un acuerdo cerrado por el cual De Gea firmaría por seis años con el Real Madrid por 30 millones de euros (33,6 millones de dólares). Por la tarde, la historia continuó.
Navas llegó a las oficinas del Santiago Bernabéu con su abogado para completar la segunda parte del acuerdo: irse al Manchester United, con el que el Real Madrid llegó a un acuerdo de venta por 15 millones de euros (16,8 millones de dólares).
“Pero faltaban por redactar el contrato y las cláusulas del contrato del costarricense, algo que comenzó a empantanarse”, relataron fuentes del Real Madrid a la agencia dpa. Los minutos fueron pasando, igual que las horas. Y la fatídica hora de las 12 de la noche, el final del plazo, se fue acercando. Faltaba un documento por llegar desde Manchester, que no llegó a tiempo, mientras los dirigentes del Real Madrid ponían su peor cara. En conclusión: operación frustrada.
De Gea vivió todo esto en la casa que tiene en Madrid su novia, la cantante Edurne. Y Navas lo presenció desde el estadio Santiago Bernabéu mientras negociaba su contrato. En definitiva: De Gea se queda en un club al que manifestó su deseo de marcharse ante el repudio de su hinchada, mientras Navas permanecerá en un equipo que quería venderlo. Ahora todo es una incógnita, pues el Real Madrid tiene un acuerdo privado con De Gea, quien termina contrato al final de la presente temporada. El surrealismo lo completa Navas, que será el arquero de uno de los equipos más importantes del mundo, y nadie sabe si con fecha de caducidad. Pero, al menos, sí tendrá la oportunidad de reivindicarse y ganar el favor de su hinchada si realiza un buen año. Así concluyó una de las negociaciones más increíbles de la historia reciente del fútbol. Y nadie sabe con qué consecuencias.