El fútbol femenino no deja de naufragar en estereotipos

Club Ñañas ganó el torneo de la Serie B el año pasado y en el 2017 jugará en la A. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Club Ñañas ganó el torneo de la Serie B el año pasado y en el 2017 jugará en la A. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Club Ñañas ganó el torneo de la Serie B el año pasado y en el 2017 jugará en la A. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Ecuador sigue con los ensayos. Desde hace una década, la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) intenta profesionalizar el balompié femenino, pero ellas siguen jugando por puro amor al deporte.

“Estamos muy lejos de contar con un torneo profesional de fútbol”, dijo Carmen Cazar, entrenadora del Quito FC. Desde que tenía 14 años jugó fútbol, fue seleccionada nacional y tras el retiro se convirtió en directora técnica.

“En nuestro equipo nadie recibe un centavo como sueldo. Se entregan pequeñas ayudas para los pasajes. Muchas chicas estudian y trabajan y luego van a entrenarse. Lo hacemos de 18:00 a 20:00, porque es un horario en el que están libres de sus otras actividades”, dijo.

Además de disfrutar cada partido de fútbol que juegan, la motivación de las futbolistas es llegar a la Selección Nacional, para cobrar viáticos y poder salir del país. El fútbol de ninguna manera cambiará sus vidas ni será lo que permita la manutención de sus familias.

“Las diferencias con el fútbol masculino son abismales. ¿Qué jugador está en un equipo profesional solo por amor al fútbol?, ninguno”.

Por eso no le llama la atención el informe que divulgó la Federación Internacional de fútbol profesional (Fifpro). El estudio recogió el testimonio de 3 300 jugadoras y destaca las grandes diferencias en remuneración que hay entre el fútbol femenino y masculino.

El 50% de las mujeres que juegan en la Selección de sus países no reciben salario alguno en sus clubes. Y del grupo de jugadoras que reciben salario, el 66% no está satisfecho con su remuneración.

Un 87% de las jugadoras encuestadas estaría dispuesto a dar por finalizada su carrera como jugadoras de fútbol por el trato recibido.

En Ecuador hay 12 clubes que juegan el torneo Nacional de la Primera A y 12 en la Serie B. También hay 10 clubes que disputan el torneo de ascenso, los cuales se juegan en cuatro meses. “En la FEF están registradas unas 1 500 jugadoras, pues también hay que incluir las jugadoras del fútbol-sala”, dijo Amílcar Mantilla, directivo de la Ecuafútbol.

Reconoce que el fútbol femenino en Ecuador es netamente amateur. “Se entregan ayudas a las jugadoras que llegan de provincia. Se les financian el hotel, la alimentación y el costo de los pasajes”.

Si bien las futbolistas en el Ecuador aún son amateurs, hay jugadoras que, por su experiencia, reciben mayores incentivos. Entre USD 50 y USD 70 por partido. Eso sí, ninguna futbolista está afiliada al Seguro Social pues no hay contrato.

La FEF aún no organiza el Campeonato 2017. Este organismo espera recibir las asignaciones de la Conmebol y de la FIFA para organizar el torneo. “Se requieren USD 300 000 para el torneo de la Serie A. Este año queremos financiar viaje, alojamiento, alimentación e hidratación. También asumir el costo del arbitraje. Queremos ayudarles a los clubes con estos gastos, para que ellos se ocupen de financiar las ayudas económicas a las jugadoras”, dijo Mantilla, quien confirmó que no existe ninguna firma comercial interesada en auspiciar este torneo.

El año pasado, el torneo de la Serie A duró cuatro meses. Un club requirió de unos USD 40 000 para su participación.

Para la Serie B se necesitan unos USD 150 000, pues el certamen es más corto. El año pasado se aprovecharon los feriados para hacerlos en cuadrangulares zonales.

Las fechas de los torneos siguen sin definirse, pero se especula que sería en octubre.

En México, con el embarazo se anula el contrato

Hace tres semanas comenzó la primera Liga Femenina en México. La Federación Mexicana de Fútbol anunció que tomó dinero destinado a la Selección Nacional absoluta de varones para entregárselo a los clubes femeninos. En el torneo participan 16 equipos, los mismos que en la Primera División mexicana, menos Puebla y Lobos. Según reporte de los diarios Récord y Jornada, el sueldo mínimo es USD 140 y el máximo 280, aunque muchas de ellas han llegado a un acuerdo para recibir becas de estudio. Sin embargo, hay dos cláusulas que sorprendieron: El embarazo será causa de anulación del contrato y se dio la instrucción de callar los casos de homosexualidad.

En el Santos de Brasil, ellos van en bus y ellas a pie

Caitlin Fisher, quien hoy asesora a la Fifpro, jugó en el Santos FC de Pelé. “Tuvimos que usar las camisetas de los jugadores de hace ocho años”, dijo la exfutbolista estadounidense. Pero la anécdota que más recuerda es el hecho de que a las futbolistas del Santos no se les ­permitía usar las canchas de entrenamiento ni los buses del equipo. Con frecuencia se vieron obligadas a caminar hasta el lugar de las prácticas, mientras los hombres utilizaban el bus.

En Brasil también está el caso Aline Pellegrino, quien no pudo abrir una cuenta bancaria porque no tenía un contrato regular durante sus 16 años como futbolista. Fue la capitana de la Selección nacional brasileña y ganadora de una medalla de plata en los Juegos Olímpicos.

Ñañas, un proyecto de libre expresión femenina

Clases de modelaje y maquillarse; cómo caminar ante más de 50 personas; cómo hablar en la televisión o en la radio. El club de fútbol femenino Ñañas, creado en marzo del 2016 en Quito, materializa un proyecto con misión y visión claras: “Una forma de libre expresión femenina”.

“En la universidad tenía profesores que no creían que jugaba fútbol porque me maquillaba o usaba zapatos de tacos altos. Es un estereotipo que está en el pensamiento de la sociedad”, dijo Fernanda Vascones, capitana y propietaria del club Ñañas.
“Cuando recibimos a las chicas en el club, les presentamos esta alternativa. Muchas nunca tuvieron acceso a ello, por eso no lo utilizaban. Pero un labial se puede utilizar en cualquier lugar o momento. Queremos que ellas se sientan libres de elegir si lo utilizan o no”.

El uniforme de Ñañas, también fue muy pensado y diseñado: camisetas rosadas ceñidas al cuerpo y licras. Nada de camisetas anchas ni pantalonetas. “La primera vez que fui a la Selección Nacional nos dieron los uniformes de los hombres talla pequeña, demostrando que no somos importantes para ellos. En Ñañas, todas nuestras jugadoras reciben una atención personalizada”.
Fernanda Vascones, de 24 años, añade que si bien su club se ve muy femenino, “la principal motivación es de expresarnos libres de todo estereotipo o forma de pensamiento que está en la sociedad”.

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