El ‘Colorado’ Vásquez en el estadio de Chimbacalle ubicado en el sur de Quito. Foto: Carlos A. Rojas/ EL COMERCIO
Luis Vásquez, exjugador del recordado bitricampeonato de El Nacional, es ahora formador de nuevos talentos.
Siempre con una gorra en la cabeza y en calentador, el ‘Colorado’ dirige la Escuela de Iniciación de los puros criollos en la cancha del estadio de Chimbacalle, en el sur de la
capital ecuatoriana.
“Profe, su equipo le ganó al Emelec“, dijo sonreído uno de sus pupilos en el entrenamiento del 4 de marzo del 2016, mientras el grupo que ensaya en las mañanas se alistaba para posar en la fotografía que acompaña esta nota.
A pesar de ser un entrenador estricto, que permanentemente recuerda a sus jugadores el valor de la disciplina, los chicos tienen la confianza para realizar bromas. Vásquez es de aquellos técnicos que en cualquier momento hace una pausa en la práctica para preguntar sobre las 17 reglas del fútbol o para recalcar en algún fundamento del deporte.
“Deben venir en las tardes, ahí sí que es una locura esta cancha con más de 150 jugadores. Es todo un espectáculo”, contó el esmeraldeño que nació en “la 9 de Octubre y Colón, 414, en Esmeraldas, Esmeraldas”.
El ‘Colorado’ Vásquez en el estadio de Chimbacalle ubicado en el sur de Quito. Foto: Carlos A. Rojas/ EL COMERCIO
Después de retirarse del fútbol, tras pasar también por
Deportivo Quito y Deportivo Cuenca, el exvolante se fue con la familia de paseo a Tulcán y se quedó por once años. Allí montó una “cafetería”.
Después de eso trabajó por cinco años en Sucumbíos como formador de jóvenes. Por aquellos años ingresó a estudiar entrenamiento deportivo en la Universidad Técnica del Norte, en Ibarra. Hasta allá viajó todos los sábados, durante cuatro años, y obtuvo la licenciatura. “Es necesario prepararse y estar actualizado. La oportunidad de estudiar en la univerdidad en semipresencial fue muy buena”, recalcó el ‘Colorado’.
En la escuela de El Nacional lleva seis años. Se lo nota contento por poder transmitir sus conocimientos a chicos de seis a
18 años. Él asegura que hay jóvenes talentosos, que pueden llegar a triunfar en equipos de primera, siempre y cuando se respeten los procesos. El entrenador de 53 años asegura que los niños deben disfrutar y jugar, porque el balompié es una práctica colectiva en la que se destaca la creatividad.
Sin embargo, ha comprobado que en ocasiones los padres, los abuelos y otros familiares presionan al joven deportista, con indicaciones, con gritos, y muchos dejan de entrenarse para evitarse el disgusto. “Todos nos creemos entrenadores y no debe ser así. A los chicos hay que dejarlos disfrutar, luego vienen las tácticas y los planteamientos” explica el exjugador que se formó en la calle de tierra y en la arena de la playa de su natal Esmeraldas.