Las lesiones han originado cambios en la planificación de Gustavo Quinteros. Nadie duda de eso. Pero es necesario recalcar que los entrenadores se encuentran diariamente con estas circunstancias. La han vivido en los clubes por los cuales pasaron.
Es necesario no quedarse en los lamentos. Es vital dar un giro y encontrar las soluciones como usualmente lo hace Quinteros en la Tricolor. Por eso estoy convencido que mantendrá su estilo ofensivo, elogiado y criticado, al mismo tiempo, pero que ha dado los resultados que mantienen a la Selección en el primer lugar de las eliminatorias.
Pero también es cierto que el seleccionador se ha encontrado en esta etapa del año con futbolistas, sobre todo los que juegan en el exterior, que son suplentes en sus equipos o que regresan de lesiones. No es la primera vez que pasa esto en la Selección. Hay antecedentes, que por supuesto, son preocupantes, pero que tampoco son tormentosos porque para cada problema hay una solución. Sostengo esta última parte por la autoestima que caracteriza al grupo de futbolistas. Ellos son ambiciosos y ganadores, dos características que encajan en la filosofía de Quinteros.
Además, Ecuador ha ganado cuatro de los últimos cinco partidos de local en el estadio Atahualpa, desde 1997. A veces es necesario recurrir a la historia, pero más importante es desmenuzar las cualidades de los seleccionados en cada uno de sus puestos.
Tampoco hay que pregonar un triunfalismo porque la Selección se encontrará con un plantel paraguayo, con jóvenes y experimentados futbolistas, difícil en cualquier cancha.
Es vital recoger el liderazgo de Gustavo Quinteros, integrante de la nueva generación de entrenadores, que mantiene un estilo ofensivo, pero también ordenado. Por eso, el futuro de la Tri y de su seleccionador, es también promisorio.