El Astillero se impone en el fútbol local

Los dos equipos hicieron méritos para estar en la final. Emelec mostró solidez en la temporada, mientras que Barcelona tuvo dos fases: una irregular y otra buena.

Pero ellos se sostuvieron en los aciertos de sus entrenadores y directivos para jugar una final histórica entre los equipos del Astillero.

Lo que hizo Emelec es el reflejo de una regularidad mantenida en los últimos años, un plan impuesto por Nasib Nehme, su presidente. Y en Barcelona, Antonio Noboa corrigió el desacierto de tener a Carlos Ischia, como entrenador, en la primera etapa, y contrató a Rubén Israel, metódico en su trabajo y en la forma de plantear los equipos. Los dos engloban un dominio del fútbol local en los últimos tres años.

Es necesario destacar en esta oleada eufórica de los clubes del Astillero, lo que hizo el Independiente del Valle. Este club es el más desarrollado en la última década. Pero le faltó liderazgo en la parte final, especialmente en el momento que fue puntero. Pecó de inexperto al no hacer esa mezcla de experiencia y juventud, básica en esta actividad.

El contraste en este año lo originó la FEF, que, en algunos casos, sancionó de acuerdo a sus intereses. Les quitó puntos a clubes por no presentar roles de pago, -como dice el reglamento- y a otros pasó por alto. Ahora, en la final es necesario que dirijan los mejores árbitros. No vale lo contrario.

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