Llegó en silencio y se puso a trabajar. Recibió un equipo en crisis. Hoy Deportivo Quito registra seis triunfos consecutivos, un rendimiento cercano a la perfección y es tercero.
¿Prodigioso? No. Simplemente trabajo y didáctica sustentados en orden, presión y contundencia, la idea futbolística de Tabaré Silva, uruguayo de 41 años.
Deportivo Quito al comienzo del año registró solo cinco jugadores propios. Por ello Tabaré Silva probó 300 futbolistas y escogió a los mejores. No le importó que fueran desechados o no hayan jugado un año.
Mientras los evaluaba se preguntaba si encajaban en su idea de orden, presión y contundencia. Frente a expulsiones o lesiones de sus centrales encontró fórmulas instantáneas con resultados sorprendentes. Al fin y al cabo era un bloque que dominaba, pues como futbolista fue defensa central o marcador por izquierda.
Nunca se quejó ni se puso nervioso. Simplemente trabajó recordándoles a los más chicos que en el fútbol se deben procesar las dificultades. ¡Cómo no iban a comprenderlo jugadores que recorrieron el país y todas las puertas les fueron cerradas!
En plena lucha ni pestañeó al enterarse de la renuncia masiva de la directiva que dejaba solo al presidente Joselito Cobo.
El Quito era un compendio de conflictos e incertidumbres.
Hoy es referente de superación y tenacidad. Orden, presión y contundencia. La ecuación exitosa que muestra este sorprendente Deportivo Quito conducido por un uruguayo inteligente, práctico y con perfil de profesor-salvador de escuela en problemas.