Diego Idrovo es el formador de Hamilton Piedra y otros porteros

Diego Idrovo con los arqueros del Independiente del Valle, filial Cuenca. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO

Diego Idrovo con los arqueros del Independiente del Valle, filial Cuenca. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO

Diego Idrovo entrena al portero Alexis Tenorio, durante su paso por Olmedo. Foto: Cortesía de Diego Idrovo

Diego Idrovo se muestra exigente en los entrenamientos, su seriedad impone respeto y su paciencia para explicar los movimientos bajo el arco permiten la cercanía de sus alumnos. El profesional oriundo de Gualaquiza (Morona Santiago) es preparador de arqueros desde hace 13 años.

Hamilton Piedra y Brian Heras son sus principales cartas de presentación, puesto que con perseverancia individual y sacrificio de sus padres ambos llegaron a la Serie A del fútbol ecuatoriano. Sus otros dirigidos, en su mayoría, han pasado por los diferentes clubes azuayos de Segunda Categoría.


Idrovo, de 36 años, se vinculó al Deportivo Cuenca a inicios del 2006, primero como monitor de la escuela de fútbol. Allí permaneció a prueba durante dos meses, sin cobrar. Esa labor la cumplía en paralelo con sus estudios de Cultura Física en la Universidad de Cuenca.


Ese mismo año pasó a trabajar con las categorías formativas del conjunto colorado y allí conoció a Piedra, quien llegó al club un año antes. Desde entonces preparó al representante lojano hasta su ascenso a los equipos Sub 18 y Sub 20, y luego al plantel profesional.


“Entrené a Hamilton desde los 12 años y pese a su contextura delgada se destacaba por su estatura”, recuerda con satisfacción. Idrovo fue uno de los primeros que se dedicó a trabajar exclusivamente con los goleros de las divisiones inferiores del ‘Expreso Austral’.

Diego Idrovo con los arqueros del Independiente del Valle, filial Cuenca. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO

A Hamilton le puso principal atención porque lo vio como un arquero con proyección. Sin embargo, Piedra estuvo cerca del retiro por dos fracturas de sus brazos, cuando tenía 15 y 16 años. Después de recuperarse no quiso volver y “me fui a rogarle en su casa para que regresara a las prácticas”.


Idrovo cuenta que Hamilton jugó pocos partidos como titular hasta la categoría Sub 16. Se consolidó en la Sub 17, tras la lesión de ligamentos de Juan Diego Guamán y desde entonces no aflojó la titularidad. En poco tiempo ascendió a la categoría Sub 20 y luego subió a la primera categoría. “De allí nunca volvió a bajar”.


En el caso de Heras, se vinculó al conjunto colorado a los 14 años, tras sus primeros pasos como arquero del Tecni Club, equipo azuayo de Segunda Categoría. “Desde un inicio vi que tenía condiciones y por eso me enfoqué en él”. Antes de cumplir los 15 años se adueñó de la titularidad en la categoría Sub 16 y más tarde de la Sub 18. Luego subió al equipo de primera y se estrenó con Barcelona Sporting Club.


Según Idrovo, quien este año se vinculó al club azuayo de la Serie B, Gualaceo SC, en Cuenca existen arqueros con condiciones inmejorables. El único problema es la estatura, cuyo promedio está en 1, 70 metros. A su criterio, la talla mínima de un portero es 1,80 m.

El profesional del Oriente comenta que las exigencias principales para ser arquero son el gusto por el puesto, el carácter fuerte, la estatura y las ganas de triunfar. “En la parada se le conoce al arquero”. 


Por la estatura, 1,70 m, Josué Palacios no llegó al profesionalismo pese a sus excelentes condiciones físicas y técnicas. Igual ocurrió con Juan Diego Guamán, quien tras recuperarse de la fractura de ligamentos siguió vinculado al fútbol de ascenso y ahora es seleccionado del país en fútbol sala.


Por ejemplo, como relevos de Piedra y Heras nombra a Marlon Pesántez y Sebastián Albarracín, de la categoría Sub 18. También a Mateo Mayancela, de la Sub 16, quien es hijo del exvolante del ‘Expreso Austral’, Rómulo Mayancela. Así como Josué Méndez y Martín Oleas, de la Sub 14.


En la actualidad, además de trabajar con Gualaceo SC, colabora con un grupo de goleros del Independiente del Valle, filial Cuenca. Lo hace por una gratitud que tiene con José Luis Darquea, quien es dueño de la franquicia en la capital azuaya y fue dirigente en las inferiores del equipo rojo.

Hamilton Piedra (izq.), Idrovo y su hijo Ramsés, hace unos tres años. Foto: Cortesía de Diego Idrovo

Carlos Roldán, quien trabajó con Idrovo en Deportivo Cuenca y ahora son compañeros en la filial del Independiente del Valle, lo define como una excelente persona y un destacado preparador de arqueros. “A él se le puede pedir cualquier favor, porque es muy colaborador”.


Roldán destaca la forma práctica que tiene de enseñar a los niños, jóvenes y adolescentes y su buena visión para descubrir talentos para el arco. “Él conoce los secretos de arquero y por eso se le hace fácil compartir sus conocimientos”.


Idrovo, quien en dos semanas será padre por segunda vez (de una niña), jugó como arquero del ‘Expreso Austral’ hasta la categoría Sub 20. Se dedicó a los estudios y en el 2007 obtuvo el título de licenciado en Cultura Física, en la Universidad de Cuenca. 
Ha seguido cursos de preparador de arqueros en el país y ahora se capacita, vía ‘online’, a través de la Asociación de Fútbol de Argentina.

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