Imagen de archivo del exDT de Liga de Quito Edgardo Bauza/ EL COMERCIO
Años antes de conquistar la Libertadores, su madre (+) le dijo que iba a ganarla y usted se río. En el 2008, cuando ganó la Copa lloró recordándola…
Un día estábamos en mi casa en Argentina viendo una final de la Libertadores con mi papá. Mi vieja vino de la cocina y dijo: “Tranquilo nene, un día vos la vas a ganar”.
Nos vimos con mi viejo y dijimos: “esta de fútbol no sabe nada”. Cuando ganamos en el Maracaná fue una descarga, la recordé y empecé a llorar. Su recuerdo fue lo primero que me vino a la cabeza cuando lo logramos.
Vivió esa final con mucho estrés y pocas horas de descanso.
¿Cuánto se sufre en las horas previas y cómo procesó emocionalmente el triunfo?
Fueron dos o tres días antes de la final que los viví con mucha tensión. Nosotros tuvimos que luchar contra la historia. La historia condicionaba al fútbol ecuatoriano, que nunca había ganado nada, solo había llegado a dos finales.
Por ello, había que transmitirle seguridad al grupo, porque la final de ida la jugamos muy bien.
¿Y cómo se lucha contra la historia? ¿Hablando? ¿Motivando?
El proceso empezó en enero. Allí surgió el compromiso del equipo de lograr cosas importantes. Desde ahí empezamos a cumplir metas inmediatas.
La primera fue ganar en Argentina, algo que Liga nunca había logrado. Luego, vencer a Estudiantes en los octavos de final, en donde había un ambiente de hostilidad grande hacia nosotros.
Luego de eso empezamos a hacer las entradas en calor en las canchas, para que el equipo se acostumbrara a los insultos. La piel de los jugadores se curtió más, nos hicimos más fuertes.
Antes de la final, les expresó a sus jugadores que tenían ventaja sobre Fluminense, que ellos eran ‘pecho frío’ (que no juegan con garra).
¿Por qué les dijo eso?
Antes de cada partido, le dábamos al equipo la mayor información posible. Fluminense había perdido dos finales del torneo carioca.
Entonces reuní al grupo antes de la primera final y les dije que era un equipo ‘pecho frío’ que se caía en las finales, que nosotros teníamos cómo vencerles.
Cuando Thiago Neves marcó el tercer tanto en el Maracaná, ¿pensó que la Copa se perdía?
Hubo cinco minutos en que vi al equipo mal, descompensado. Hasta que llegó un ataque de Paúl (Ambrosi) por la izquierda y vi que el equipo se acomodó. En el alargue estuvimos mucho mejor e incluso nos anularon un gol.
¿Habrían ganado la final si el arquero no era José Francisco Cevallos? ¿Cuánto peso tuvo su presencia en la final de Río?
Mucho, su experiencia fue fundamental en el proceso. No puedo saber si con otro arquero podíamos lograrlo, pero Cevallos fue un jugador importante por lo que le transmitió al grupo. En la final fue determinante. ¡Salirse en pleno lanzamiento de un penal para reclamar no lo hace cualquier jugador!
¿Es verdad que Juan Barriga ponía en la concentración la canción Patón conductor con la que usted incursionó como cantante por una obra social?
Ja ja, eso era vergonzoso. Todos los jugadores me cargaban. Yo grabé esa canción por una cuestión social.
Ahora preferiría ayudar donando, pero nunca más cantando.
¿Usted conmemora esta fecha cada año o la recuerda por las entrevistas que le hacen los medios?
No, yo la recuerdo. De hecho ayer (martes) hicimos un brindis con mi cuerpo técnico. Es un hecho inolvidable.