El fútbol ecuatoriano amerita una revisión a fondo de parte de los directivos de los clubes y de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).
Es lo mismo, no ha cambiado nada en relación con la anterior administración, que presidió Luis Chiriboga. Primero, porque el actual Directorio es el mismo que acompañó a Chiriboga. Después, las decisiones tomadas no han sido determinantes en un escenario donde los clubes se encontraron con una deuda millonaria de los canales que tienen los derechos de TV de los partidos del campeonato.
La propuesta de la Liga Profesional o la Asociación de Fútbol Profesional tampoco garantiza una solución, porque los clubes están distanciados. Existe una división regional entre directivos de la Sierra y de la Costa, algo que se creía desterrado en la última década. Pero no ha sido así. Emelec, Barcelona, River Plate, LDU, El Nacional… actúan independientemente, esto preocupa porque se carece de propuestas para salir de la crisis económica que afronta el fútbol. Y en este escenario, la actual dirigencia de la FEF no tiene esa autoridad, pues aún arrastra la imagen de pertenecer al anterior presidente, procesado judicialmente por supuesto lavado de activos en el país.
Por eso, las urgencias que tiene el fútbol no deben concentrarse en la Selección, que juega la Copa América, sino que deben trasladarse en su totalidad a cambiar las estructuras y renovar el actual Directorio de la FEF.