Richard Miramá reemplaza el césped dañado por la plaga de ‘cusos’ en el Atahualpa. Él también da mantenimiento a otros tres estadios. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Hace 15 días, el césped del estadio Olímpico Atahualpa sufrió el ataque de gusanos blancos, comúnmente llamados ‘cusos’. Esta plaga dañó cerca de 20 metros cuadrados.
Para Richard Miramá, quien desde hace 16 años cuida del gramado del Atahualpa, hay que estar pendiente de esta plaga y saber cómo combatirla con los químicos que existen en el mercado. “Al césped dañado lo reemplazamos con el que crece a los costados, que es de la misma calidad y está cultivado al mismo nivel”.
Abril es uno de los meses con más precipitaciones pluviales. Es, además, un mes que pondrá a prueba los drenajes de las canchas en las que juegan los equipos de fútbol, pero también es temporada de una plaga que ataca al césped.
Una de las canchas que luce en malas condiciones es la de la
Liga Cantonal de Rumiñahui. Según Juan Cevallos, representante del ente cantonal, el fuerte temporal y las programaciones continuas no han permitido que el césped se recupere de forma adecuada.
Los dirigentes sangolquileños restringieron el exceso de partidos en ese estadio. Antes se realizaban de cuatro a cinco por semana, que incluían fútbol femenino y a la
Segunda Categoría. Ahora, el escenario solo lo usarán Independiente del Valle y Clan Juvenil, este pertenece a la Serie B.
“Creemos que el drenaje es antiguo. Necesitamos tiempo
para mejorar la cancha, pero las lluvias permanentes no nos permiten actuar”.
Marcos Coronel, del Inamhi, advierte un incremento de lluvias en el país, sobre todo en el interior de la región Litoral. Según las mediciones que realizó este organismo, en Quito se estimaban 171,3 ml de lluvia este mes, pero hasta ayer se registraron 160 ml, es decir, superó en un 94% la cantidad prevista.
Los equipos que juegan en la A usan 13 canchas, de las cuales dos presentaron irregularidades (Bellavista de Ambato y 7 de Octubre de Quevedo). En el resto, los clubes han tomado precauciones para evitar que el invierno afecte al césped.
Washington Guachamín es el que cuida la cancha del estadio Gonzalo Pozo, de Aucas, desde hace 10 años. Él hace una aireación (hacer orificios con una barra de hierro y rellenar con arena de río) dos y tres veces a la semana.
En el Monumental, los trabajos de aireación los realizan con la maquinaria que alquilan al Lacosta Country Club. Rellenan los orificios con arena gruesa que proviene de Salitre, o del recinto El Mate, del cantón Santa Lucía.
David Contreras, quien cuida del césped del estadio de Barcelona desde el 2008, menciona que en verano utilizan la arena fina del río Guayas, para que guarde mejor los niveles de humedad en la cancha. Fumigan el césped cada ocho días, para evitar al gusano blanco. Farmagro, auspiciante del club, provee los fertilizantes y fungicidas.
Según Ramiro Padilla, presidente de la Comisión de Escenarios de la FEF, la inspección de los estadios de la Serie A se realiza 45 días antes del inicio del torneo. “El Bellavista fue declarado apto el pasado 23 de diciembre, pero le confiaron el mantenimiento a una persona que no sabía cómo realizar un corte ni reconocer cuándo la planta se enfermaba”.