El entrenamiento de Juan Aguilera, un quiteño que tiene los brazos tan anchos como los de Popeye, es extenuante.
A los ejercicios diarios de pesas, que realiza para fortalecer los hombros, brazos y espalda, le suma horas de repeticiones de la técnica del lanzamiento de disco.
Para alcanzar la coordinación y arrojar lo más lejos posible el platillo de 2 kilos de peso, el lanzador se ejercita cinco y seis horas al día. Solo de esa manera puede hacerse cada vez más fuerte y conseguir los movimientos que le permitan seguir soñando con clasificarse a un Mundial absoluto en su especialidad.
Para alcanzar esas enormes metas, el deportista de 22 años sabe que debe ir paso a paso.
Entre sus objetivos más próximos está el adueñarse del récord nacional del lanzamiento del disco, que posee el carchense Juan José Caicedo con 53,73 metros.
Aguilera es un fortachón de 1,76 metros de estatura. Registra oficialmente algo más de 51 metros y en entrenamientos ha llegado a lanzar el disco a más de 55, pero eso no lo ha logrado repetir en pruebas oficiales.
En su participación en los Juegos Bolivarianos de Trujillo, Perú, en noviembre pasado, Aguilera se ubicó octavo.
Caicedo, el carchense de 21 años que ostenta la marca nacional, consiguió su registro en Perú, donde fue cuarto detrás de un colombiano, un venezolano y un chileno.
Para lanzar lejos el disco no solo se necesita fuerza. Este es un deporte en el que la coordinación y la técnica son fundamentales. La posición de los pies, la altura del hombro en el momento de lanzar, la ubicación de la cabeza, la velocidad del giro.
Por eso, para hacer un excelente lanzamiento, los deportistas más jóvenes deben hacer unas 10 000 repeticiones para que la técnica les empiece a ser familiar.
Así lo confirma Cristian Aguilar, entrenador de lanzamientos en la Pista de Los Chasquis, en el centro de Quito, donde se ejercitan seleccionados provinciales y nacionales en todas las disciplinas del atletismo.
El lanzamiento del disco es una especialidad tan añeja que en los Juegos Olímpicos de la Antigüedad, cuyo primer registro data del 776 a.C., ya habían atletas que arrojaban el disco lo más lejos posible. Hay registros que algunos de esos primeros platos, de cobre, pesaban más de 6 kilos.
En la actualidad el disco pesa 2 kg para los adultos. En categorías juveniles masculinas el peso varía entre 1 y 2 kg. Para las damas, el plato pesa 1 kg.
El lanzamiento se realiza sobre una superficie circular de 2,50 metros de diámetro, rodeada por una jaula metálica que evita que el disco salga disparado a otra dirección que no sea la permitida. Para que el lanzamiento sea válido, el deportista no puede dejar ese espacio circular.
En este lugar, el lanzador no puede introducir nada y tiene un minuto para ejecutarlo. Normalmente cada atleta realiza tres intentos en la línea demarcada.
La talla de un deportista sí influye en esta modalidad, confirma Aguilar. Robert Harting, actual campeón olímpico y mundial, mide 2,01 metros. Eso, más su técnica, lo hacen ver como uno de los deportistas más fuertes y potentes del planeta en esta modalidad.
En el mundo
El alemán Jürgen Schult mantiene todavía el récord del mundo con un lanzamiento de 74,08 metros (1986). En la actualidad, el también alemán Robert Harting domina estos lanzamientos. En Londres 2012 ganó el oro con 68,27 m.
En el país
El carchense Juan Caicedo tiene el récord nacional. Su marca la consiguió en los Juegos Bolivarianos de Trujillo, Perú, con un lanzamiento de 53,73 metros. Atrás de esa marca están Aguilera, Eduardo Quintero, Santiago Espín, entre otros.
74,08 metros
Lanzó en las Juegos Olímpicos de Londres 201.
53,73 metros
Es la mejor marca de un ecuatoriano.