Final de extranjeros en el Conde de Godó

El japonés Kei Nishikori es una de las revelaciones del torneo de Barcelona. Ganó al letón Ernest Gulbis. TONI ALBIR/ EFE

El japonés Kei Nishikori es una de las revelaciones del torneo de Barcelona. Ganó al letón Ernest Gulbis. TONI ALBIR/ EFE

El 21 de abril de 1996, el austríaco Thomas Muster derrotaba al chileno Marcelo Ríos en una intensísima final que se resolvería en el 'tie-break' del tercer set.

Desde entonces, dos tenistas extranjeros no se habían vuelto a ver las caras en una última ronda en la pista central del RCT Barcelona.

18 años después, el japonés Kei Nishikori y el colombiano Santiago Giraldo vuelven hoy a protagonizar una final sin españoles en el Trofeo Conde de Godó. Y lo hacen contra pronóstico, porque en ella, no estará ni el ocho veces campeón, Rafael Nadal, ni si quiera su verdugo en esta edición y finalista el año pasado, su compatriota Nicolás Almagro.

Después de dar el golpe de efecto derrotando al rey del Godó, al número uno del mundo, a la bestia de la tierra batida, Rafael Nadal, Almagro, sexto favorito del torneo, debía lograr ayer su paso a su segunda final consecutiva en Barcelona.

Enfrente tenía a Giraldo, a quien había vencido las cinco veces que se había cruzado con él en el circuito. Pero si ante Nadal, el murciano no tuvo miedo a ganar, contra el colombiano, Almagro sí lo tuvo a perder.

Al español, que se sabía favorito, le corrió menos la bola en la pista que en el partido que jugó 24 horas antes. Giraldo aprovechó para asomarse a su segunda final en el circuito (la primera la perdió ante el español Tommy Robredo en Santiago 2011), al vencer al vigésimo jugador mundial por 7-5 y 6-3 en una hora y veintiséis minutos de partido.

El oriundo de Pereira, de 26 años y 65 en el ranking ATP, ha confirmado en Barcelona su madurez, después de alcanzar esta temporada las semifinales en Houston y Viña del Mar.

El japonés Kei Nishikori, alcanzó la final tras imponerse en dos parciales al letón Ernest Gulbis (6-2 y 6-4). Tras el juego, el deportista declaró que desde que se entrena con Michael Chang ha ganado "confianza" en tierra batida. "Con Chang entrenamos solo dos semanas al año, para mejorar pequeños detalles. Pero con él he ganado en confianza, le aporta mucho a mi juego", declaró emocionado el tenista.

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